MADRUGADA
Semana Santa de Córdoba 2018: Buena Muerte recorta la carrera oficial por riesgo de lluvia
La cofradía de San Hipólito salió por el Perdón y se ahorró una hora de camino
El sol y, en general, el buen tiempo es el principal anhelo de los cofrades y, por tanto, el gran aliado de la Semana Santa. A excepción de la procesión de la Borriquita en la mañana del Domingo de Ramos, el resto todas se han celebrado en Córdoba y lo han hecho además con gran brillantez. Y el Jueves Santo no ha sido menos. Ha sido esplendoroso en todas las partes de la ciudad en las que se ha celebrado una procesión. Desde Poniente hasta San Cayetano, pasando por San Agustín, San Lorenzo, San Francisco y los Trinitarios, ha triunfado el perfecto desarrollo de las procesiones. Eso sí, parece que será el último día según apuntan las previsiones meteorológicas, a falta de conocer cómo estará el tiempo el Domingo de Resurrección, algo que sufrió el Cristo de la Buena Muerte , la única procesión de la Madrugada cordobesa, que tuvo que recortar su recorrido por el riesgo de precipitaciones.
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El Nazareno de los mayores
Hay una imagen en Córdoba que cada año se gira para rendir tributo a los mayores, a la tercera edad. Ése es Nuestro Padre Jesús Nazareno , el titular de una hermandad que tiene una marcada labor asistencial y obra social. Y hoy, Jueves Santo, no podía ser menos. Tras apenas avanzar unos metros sobre este enclave del Casco Histórico y –como es tradicional- en riguroso silencio y luto, el capataz, Javier Rodríguez , ordenó a su cuadrilla que girara el paso para que esta valiosa y sacra talla del siglo XVI mirara a los ojos de los alrededor de 200 mayores que habían salido a la calle para rezarle una oración y darle la bienvenida nuevamente a las calles de Córdoba.
« Solemnísimo » como siempre y con un exorno floral muy cuidado y discreto compuesto de manera exclusiva por statis morado, que continuaba el calvario sin restar un centímetro a la peana de plata que calza el Nazareno. Salió pasadas las 17.40 horas y tras haberlo hecho una cada vez más numerosa fila de nazarenos. El paso lucía además nuevo llamador, así como el pendón de Jesús Nazareno.
Estrenos, en definitiva, que ayer eclipsó un momento íntimo y especial que protagonizó uno de sus penitentes. El propio hermano mayor de esta cofradía daba cuenta momentos antes del inicio de la procesión de la incorporación de un nazareno procedente de Sevilla que se había encomendado al Beato Padre Cristóbal para sanar de una enfermedad y salvar la vida y este año venía a cumplir su promesa. Instantes, en definitiva, que hacen diferente este cortejo.
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Nazarena y Madre de los necesitados
Las «marías» de la candelería del paso palio de María Santísima Nazarena lucían un logotipo que las diferenciaba del resto. Se trataba de la imagen corporativa de la Asociación de Autismo de Córdoba , un detalle que, más allá de refrendar su apoyo a este colectivo, pone de manifiesto su tremenda vocación solidaria. Unos detalles que sobresalían por encima del resto en un paso bien exornado con clavel blanco clásico. Blancura dominante que contrastaba con el luto que rezuma una Virgen dolorosa y rota en dolor ante la inminente muerte de su Hijo.
Y delante de este paso de palio, Sebastián Tirado. Hasta en la forma de dirigirse a sus costaleros diferencia a esta cofradía del resto. Les habla casi con susurros y aportándoles todo el ánimo y las directrices que necesitaban.
La Nazarena, como así se conoce en Córdoba a esta imagen del siglo XVIII, recorrió rincones de gran belleza , pero uno de ellos –tal vez el más especial- fue su paso por el monumento que el Beato Padre Cristóbal, también titular de la cofradía, tiene en la Catedral, ya en la carrera oficial. Otro instante de gran belleza, como no podía ser de otra manera, el camino en la oscuridad de la noche hacia su templo.
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Una legión de Caridad
La estación de penitencia de la Caridad ha cobrado protagonismo en la tarde-noche del Jueves Santo por una infinidad de motivos. Para empezar, por la espectacularidad a veces no bien entendida o compartida, de los legionarios de la Banda del Tercio Gran Capitán , que tomaron el Compás de San Francisco como cada año para acompañar a su Señor. Pero, por encima de todo, el riquísimo patrimonio artístico que tiene esta cofradía, la antigüedad de la talla (siglo XVI) y la devoción que despierta en la feligresía. Todo ello hizo que tanto la plaza como el acceso desde la calle de la Feria estuviera absolutamente abarrotado.
Muchos centenares de personas se desplazaron a San Francisco para asistir a su salida y su camino hacia la Catedral. El Señor, sobre calvario de clavel rojo y detalles de espigas , fue tomando la calle entre la multitud con los sones de la banda legionaria.
Pero no sólo la salida fue especialmente bella. Hubo más instantes cargados de simbología. Así, por ejemplo, el paso de la hermandad por el Hospital de la Caridad , origen de la actual cofradía, y la plaza de Corredera. Todo ello además antes de llegar a la carrera oficial, donde fue la segunda en entrar tras el Nazareno y después del Caído. Un paseo de Caridad, en definitiva, bien acompañado por los sones de la Legión.
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El Señor de San Cayetano
Cuesta creerlo, pero a partir de las 15.00 horas en los aledaños del convento de San Cayetano ya empezaba a haber gente para salvaguardar el mejor sitio desde el que ves la emotiva salida de Nuestra Padre Jesús Caído, también conocido como el Señor de los toreros por la profunda e histórica devoción que le profesan los maestros de la tauromaquia y que les lleva a seguirlo en procesión por las calles de Córdoba. Entre otros, Enrique Ponce, Chiquilín y Antonio Tejero, ya habituales en estas lides cofrades.
La Cuesta de San Cayetano cobró vida cuando los músicos de la Banda de Cornetas y Tambores de la Fuensanta y Caído interpretaron la «Marcha Real», previa a otras como « Réquiem » y la nueva marcha procesional « Caído », de estreno en la tarde del Jueves Santo. Esta obra volvió a sonar de nuevo en el Patio de los Naranjos, ya en la carrera oficial.
El Caído exhibió asimismo que rezuma vitalidad por todos sus costados. Así, por ejemplo, cerca de un centenar de esclavinas , aparte de más de medio millar de nazarenos y un gran número de fieles repartidos por cualquier rincón de Córdoba. Es un Señor muy querido en la ciudad. Ayer además, con iris moradas y rosas rojas, estrenó restauración del paso, apenas o casi nada perceptible pero con ajustes en su estructura.
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Soledad y Esperanza de Córdoba
La Soledad de San Cayetano y la Banda de la Esperanza empiezan a conformar un binomio perfecto que no falla a la tarde del Jueves Santo desde hace cerca de una década –hoy, el noveno año-. En la tarde-noche del Jueves Santo volvió a quedar claro lo mucho que le aporta esta banda cordobesa a una imagen tan señera y bella como es la titular del Caído. En su salida desde San Cayetano sonó « Soledad en Jueves Santo » y « Saeta Cordobesa », probablemente una de las mejores marchas que se interpretan en la Semana Santa de Córdoba. Pero hubo más, «Paz Eterna», en su regreso a la altura del monumento a Manolete y en memoria del torero, y «La vía Sacra» y «La Sangre y la Gloria», de dos integrantes de la banda, Rafael Wals y Alfonso Lozano, respectivamente.
Vestida con suma elegancia y con perfecto exorno para su día grande , con rosas blancas y orquídeas entre otras variedades florales, la Virgen de San Cayetano flotó sobre la piedra y el asfalto de la ciudad. Lo hizo dejando tras de sí una estela de devoción y muchas lágrimas en los ojos de quienes acudieron a su encuentro, sobre todo de los más mayores, a los que resulta imposible borrar «tantísimo recuerdo», como así lo expresó Carmen, una devota de la Soledad.
La Soledad se presentó además estrenando restauración , un trabajo realizado en los talleres de Regespa con absoluta pulcritud y profesionalidad.
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El último año sin la Esperanza del Valle
Un Sol resplandeciente y temperatura muy agradable , pero un «airazo» de esos que anuncian lluvia en breve. Así ha abierto la hermandad de la Sagrada Cena el Jueves Santo en el barrio de Poniente . Sus vecinos y cofrades llegados de toda Córdoba no faltaron a su cita con el Señor de la Fe, ése que vio la luz en la Trinidad y que acabó en la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba para ser el titular de una gran hermandad. Y ayer quedó ampliamente demostrado que esta cofradía está llamada a ser de las grandes y que el año que viene está previsto que lo acompañe la Virgen de la Esperanza del Valle bajo palio .
La Sagrada Cena estaba ayer de aniversario, el 25 de la bendición de su titular , de ahí que el Señor luciera una indumentaria nueva, túnica roja sin bordar –realizada por Jesús Rosado - en lugar de la habitual blanco roto y mantolín de esta última tonalidad. Y no pasó desapercibido el cambio por quienes acompañaron a la cofradía, que agradecieron la variante. «Elegante» fue uno de los términos más utilizados para calificar a una imagen que lucía ayer un exorno floral compuesto por orquídeas y rosas blancas además de espigas.
Tampoco faltó ayer a su tradición musical, con marchas procesionales interpretadas por la cada más consolidad Agrupación Musical de la Sagrada Cena . El «Himno Eucarístico» y «Sagrada Cena» para empezar y dejar boquiabiertos a los vecinos de Poniente, y ese repertorio tan de esta cofradía que integran obras como «Oración» y «Amor de los Amores».
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La elegancia de la decana de Córdoba
La Virgen de las Angustias llena por sí sola cualquier espacio que ocupe por amplio que pueda parecer. Como suele decirse, tiene esos galones que otorga el peso de la historia –es la decana de la ciudad en lo que a hermandades de Penitencia se refiere- y aparte cuenta con una de las grandes joyas de la imaginería barroca andaluza como titular. Y ayer, un día en el que el tiempo acompañó, lo dejó bien claro desde la misma salida desde San Agustín. Con los sones de « Réquiem », previa interpretación de la «Marcha Real», la obra de Juan de Mesa salió a saludar a su ciudad y lo hizo con su habitual elegancia.
Comenzó a plena tarde, aún con la luminosidad que regala el sol en la primavera, y poco a poco fue adentrándose en la noche. A su paso por la plaza de San Pedro, a eso de las 20.30 horas, aún recibía algo de luz natural, pero camino de la Catedral fue recogiéndose en la noche. Espectacular en cualquier caso y con dos improntas muy diferentes, la de día y la de noche. Sutilmente exornada con iris morado y con la perfumada humareda de incienso, las Angustias puede decirse que volvió a conquistar Córdoba.
Hoy ha sido además un día tristemente especial para la hermandad y eso quedó palpable en el frontal del paso , que lucía una vara con lazo negro. Todo ello para expresar el dolor y el luto por el fallecimiento de la que ha sido mayordoma de la cofradía en los últimos tres años, Carmen Hidalgo , que murió en la madrugada del Martes Santo, apenas dos días antes de la salida procesional de su Virgen.
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400 años de Esparraguero en Córdoba
Hace 400 años que el Cristo de Gracia, también conocido en Córdoba como el Esparraguero, llegó a la ciudad y es por ello por lo que la hermandad está conmemorando el cuarto centenario desde hace algunos meses. Hoy, como no podía ser de otra manera, la cofradía ha llevado presente esta efeméride durante su estación de penitencia. El símbolo más claro de ello fue la marca del 400 aniversario en cada uno de los cirios de los nazarenos , así como la cera de los ciriales de los acólitos.
Hoy ha sido además el segundo año en el que la hermandad ha celebrado su estación de penitencia por la Catedra l y, lógicamente, uno de los puntos de mayor belleza del recorrido estuvo en el Patio de los Naranjos, donde sonó « Gloria tibi Trinitas », en concreto en el giro de salida de este espacio de la Mezquita-Catedral.
No menos singular fue el canto del «Himno del Cristo de Gracia» en la salida, musical y vocalmente interpretado por los propios músicos de la Agrupación del Cristo de Gracia: «Te observo mi Señor cómo sucumbes…». Así empezó el cántico al titular de la cofradía.
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Madrugada de San Hipólito
Mientras media Andalucía –incluidos la mayor parte de los pueblos de Córdoba- se preparaba para vivir el momento más grande de la Semana Santa, a San Hipólito acudieron para presenciar la salida procesional de la única hermandad que celebra la estación de penitencia entre el Jueves y el Viernes Santo, en la Madrugada. El Cristo de la Buena Muerte y la Reina de los Mártires , titulares de la cofradía, permanecen dentro del templo hasta que den las 00.00 horas del Viernes Santo para salir a la calle.
La hermandad de la Buena Muerte decidió sobre la marcha recortar su estación de penitencia por miedo a la lluvia que se podía presentar al final de la madrugada, según las previsiones. Por eso, tras salir del interior de la Catedral, no tomó hacia la puerta de Santa Catalina para completar la carrera oficial, sino que volvió a la del Perdón para regresar por Cardenal Herrero y Deanes. Se ahorró así una hora de camino , pero dejó sin cubrir el último tramo de la carrera oficial, y también entró hacia las cinco de la madrugada, en lugar de a las 5.50 horas, como estaba previsto.