LA PRIOSTÍA

Semana Santa de Córdoba 2018: Santa Marta, el convento donde el tiempo se detiene

Es uno de los templos en los que más y mejor se cuida la celebración de los Santos Oficios

El convento de Santa Marta cumplió con la tradición del Triduo Sacro RAFAEL CARMONA

R. C. M.

El Jueves Santo es un día de tradiciones heredadas. Aunque la mayor parte de la expectación está en la calle con los desfiles procesionales de este día, son muchas las personas que buscan intimidad para la oración en los templos en el inicio del Triduo Sacro . Uno de estos lugares que invitan al rezo y la contemplación es el convento de Santa Marta, en pleno corazón de la ciudad. Allí, se mantiene casi intacta la tradición de montar el Monumento con el sagrario para los Oficios Una disposición siempre exquisita que supone una vista atrás a un tiempo pasado en el que la visita a los templos era innegociable el Jueves y Viernes Santo . De hecho, las mujeres se vestían de mantilla –algunas lo siguen haciendo- como homenaje al Santísimo.

Muy cerca de la zona de bullicio con el paso de las cofradías, el convento de Santa Marta se ofrece como un pequeño oasis de paz y oración. Un templo en el que los Oficios llenan estos tres días de recogimiento hasta la Resurrección del Señor. «Si no mantenemos esta tradición, desaparecemos» , explica la Madre Fátima. En cuanto al monumento, uno de los más cuidados de los que se pueden contemplar estos días en la capital cordobesa, la religiosa explica que «empezamos a montarlo a principios de esta semana». Una hermosa composición para cuya disposición cuentan con la ayuda externa de unos jóvenes.

«Ellos nos dicen las piezas y cortinajes que necesitan y nosotras los preparamos, para que ningún año sea igual», señala la Madre Fátima. En cuanto a las flores , «todos los años nos las regala la hermandad del Rocío de Córdoba », que tiene su sede en la cercana iglesia de San Pablo. Este año, toca blancas porque la cera es roja.

No obstante, el monumento con el sagrario no es más que el elemento visible de una forma de vida repleta de austeridad, aún más durante este Triduo Sacro. Hoy, Viernes Santo, las ocho monjas que viven en este convento tienen la obligación de guardar silencio y alimentarse exclusivamente de pan y agua. Además, en Santa Marta se conservan todas las lecturas, como antaño. De esta forma, los Santos Oficios contemplan una vigilia, la recreación de la Sagrada Cena y lavatorio de los pies, el vía crucis cantado por las religiosas y otra vigilia de Resurrección que se prolonga hasta pasadas las once de la noche. Asimismo, se cuentan por decenas las personasen locales y turistas, que visitan el Monumento.

Aunque dentro de las paredes de Santa Marta el tiempo se detiene, no ocurre lo mismo en el exterior. « Antes la gente vivía los oficios con mucha más religiosidad e intensidad , ahora se asoman a la puerta y muchos no entran ni a visitar al Señor, se limitan a ir a ver las procesiones», lamenta la superiora del convento. Una crisis que también se refleja en las vocaciones. «Hay llamadas, pero pocas vocaciones, sobre todo para la vida contemplativa», concluye.

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