TRADICIÓN
Rezos y plegarias en el primer viernes de marzo
Las imágenes del Rescatado, Prendimiento y Ánimas recibieron la visita de miles de devotos
En el día de ayer, fueron miles los besos que los cordobeses entregaron a las imágenes de Nuestro Padre Jesús Rescatado , de Jesús Divino Salvado en su Prendimiento y del Remedio de Ánimas. Gestos que escondían tras de sí un mar de plegarias e intenciones particulares que se repiten cada primer viernes de marzo en una tradición con gran arraigo en la ciudad. Desde los Padres de Gracia hasta San Lorenzo, pasando por el santuario de María Auxiliadora, esta ruta –de escasos metros- se ha convertido en un circuito de obligado paso para los cofrades cordobeses.
Como cada año, la parroquia de Nuestra Señora de Gracia fue el epicentro del fervor religioso en este día marcado en rojo en el calendario para los devotos del Nazareno Rescatado. Desde primera hora de la mañana, la imagen que tallara Fernando Díaz de Pacheco recibió el cariño de los fieles en el altar montado por la hermandad con motivo del quinario recién concluido. Situado a los pies de su Madre, María Santísima de la Amargura , vestida de hebrea con motivo de la Cuaresma, y exornado con flores en distintas tonalidades de morado, el Rescatado volvió a estremecer los corazones de sus vecinos. Como presente, muchos de ellos portaron flores o encendieron alguna de las velas que iluminan la capilla. Además, un testigo de excepción, el Cristo de Gracia , situado ya en el altar mayor del templo con motivo de la inminente celebración de sus cultos.
En las largas colas para besar el pie del Rescatado sentimientos muy diversos. De gratitud en muchos casos, pero también peticiones de intercesión. Magdalena, vecina de barrio, fue una de las primeras en rendir pleitesía al Nazareno. No le faltaban motivos. «El Domingo de Ramos del año pasado hice el camino con él como promesa por un familiar que estaba enfermo y hoy vengo a darle las gracias porque se recuperó», explica esta devota.
Tras la obligada visita a la imagen que más devoción despierta en la ciudad –junto con la Virgen de los Dolores- Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, esperaba su turno en el santuario de María Auxiliadora. A diferencia del año anterior, el titular del Prendimiento , que vestía una túnica morada lisa, ocupó la parte central del templo, cobijado en un altar que contenía la inscripción «Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de Dios». Un montaje que según la cofradía buscó la imagen del « Señor pobre , que con su ejemplo, muestra al pueblo que en la búsqueda del reino de Dios, sólo nos valdrán los actos y no los bienes».
Hasta él se acercaron numerosos devotos. En unos casos le besaron la mano, en otros, los pies. No importaba un sitio u otro, sino la fe con la que los fieles encomendaban su espíritu. Pero el primer viernes de marzo no sólo es especial para la cofradía del Martes Santo , también para toda la familia salesiana . Prueba de ello fueron las visitas de los alumnos del colegio, estrechamente vinculado a la hermandad.
Catequesis en San Lorenzo
Y, como colofón, San Lorenzo. De la luz salesiana al recogimiento y la oscuridad de la cofradía que hace del negro un símbolo de respeto y oración. A la entrada del templo, los pasos de Nuestra Señora de la Palma y de Jesús de los Reyes. Al fondo, un cursillo intensivo de formación cristiana. Como es tradicional, la hermandad del Remedio de Ánimas elaboró un altar para, a modo de representación artística, evangelizar e incitar a la reflexión. Con motivo del Año de la Misericordia , la cofradía del Lunes Santo se centró en el momento único en el que Dios mostrará su compasión hacia sus hijos.
Para representar esta escena, la hermandad penitencial instaló un pórtico con dos ángeles custodiándolo con atributos del oficio de los difuntos. Sobre la puerta, la inscripción «Miserere Mei Devs» (Dios mío ten misericordia de mí). Una vez dentro, los devotos encontraron un pasillo abovedado, a modo de túnel, haciendo referencia «a las personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte en la que ven una gran luz al final del túnel», explicaron desde la mayordomía de la cofradía. En este pasillo, dos pequeñas capillas a ambos lados, En la derecha, un esqueleto rodeado de los atributos tradicionales de la muerte : la guadaña, el reloj de arena, la lechuza y la vela consumida. Junto a él, una figura que firma un contrato en el que entrega a la muerte todas sus pertenencias físicas. Frente a ésta, otra capilla alegórica con el viaje del alma después de la muerte representado en la figura de Caronte.
Un éxodo al otro mundo con el mejor de los finales, llegar hasta el fondo del túnel, donde el Crucificado del Remedio de Ánimas abrió sus brazos para ofrecer su misericordia infinita a los miles de devotos que ayer disfrutaron del primer viernes de marzo.