Revista Pasión en Córdoba

Revista 'Pasión en Córdoba' 2021 | El pregón cordobés de José María Pemán

El escritor gaditano exaltó la Semana Santa de Córdoba en 1946

El escritor José María Pemán, en una imagen de 1965 Archivo ABC

Antonio Varo

El 13 de abril de 1946 , víspera del Domingo de Ramos, J osé María Pemán y Pemartín (1897-1981) pronunció el segundo pregón de la Semana Santa de Córdoba . El primero había corrido a cargo de Federico García Sanchiz, popular ‘charlista’ que recorría España prodigando su palabra fácil.

Pemán llegó a nuestra ciudad el Viernes de Dolores , y dedicó la mañana del sábado a recorrer varios templos y visitar a las cofradías que en ellos ultimaban los preparativos de sus respectivas estaciones de penitencia. Estuvo en San Hipólito (donde asistió a misa y juró las reglas como hermano de la Buena Muerte ), San Cayetano, Santa Marina, San Agustín, San Lorenzo, los Padres de Gracia, la Magdalena, San Francisco, San Pablo y Capuchinos. Lo hizo acompañado por el segundo presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Melguizo , que al año anterior había sucedido en el cargo a Fernando Fernández de Córdova y Martel.

Pese a diversas indagaciones, no pudimos incluir el texto del pregón de Pemán en nuestro libro ‘Sigamos la Cruz de Guía . Pregones y pregoneros de la Semana Santa de Córdoba (1945-1979)’, editado en 2019; pero, hace unos meses, un veterano cofrade cordobés nos hizo llegar una fotocopia del manuscrito , cuyo texto vamos a reproducir.

Pemán no sólo era escritor fluido y ameno; también conocía los secretos y los recursos del arte de la oratoria , de modo que es fácil asegurar que las palabras que pronunció no fueron sólo, en su estricta redacción , las que figuran en las cuartillas de este manuscrito, sino que añadiría sobre la marcha comentarios y reflexiones . De hecho, si se lee la crónica que publicó el periódico local, en ella se destacan, incluso con entrecomillados que hacen presumir la literalidad, frases y comentarios que no figuran en el texto escrito.

José María Pemán Archivo ABC

Por ejemplo, cuando habla de Manolete como cofrade de Jesús Caído , no sólo comete el error garrafal de imaginarlo vestido de nazareno (aunque fue hermano mayor de la cofradía, nunca vistió su túnica), sino que añade en las palabras que pronunció una referencia a la situación de enfrentamiento que el torero mantenía con el empresario de la plaza de toros, José Escriche , que le hizo estar ausente de dicha plaza desde el 26 de mayo de 1944; Pemán insertó, sobre este tema, que «si Córdoba tuvo un día leves celillos de madre para hijo , debe perdonárselos en gracia al gallardo gesto de que recientemente ha dado pruebas, al mandar retirar un trapo amoratado, que ocupaba el lugar de nuestra bandera» (aquí, añade la crónica, hubo una «imponente ovación»). Ya es sabido que la anécdota de la bandera en la Monumental de México , repetida hasta la saciedad, es falsa, aunque en la España de 1946 todo el mundo la creía a pies juntillas.

También de clara intención política es la inserción, ya al final del pregón -que no del texto escrito- de la primera frase que dijo Jesús en la Cruz: «Señor, perdónalos, porque no saben lo que se hacen» (así la reseñaba la crónica). El orador, sin duda, se refería a la difícil situación que atravesaba España , aislada del resto del mundo por el cierre de embajadas y la autarquía económica, en un escenario que aún duraría casi una década.

«La Semana Santa bética es como un verdadero ‘trágala’ teológico frente a todos los encogidos apocamientos puritanos, protestantes o jansenistas de Europa»

Gran parte del texto del manuscrito está dedicado a repetir y glosar los tópicos habituales sobre Córdoba y su carácter, historia y religiosidad que llenaron los pregones de los primeros años. Había que llenar el tiempo y los oradores -Pemán no fue una excepción- no conocían en realidad, de primera mano, la fiesta que venían a pregonar. La crónica del diario local aporta, en estilo indirecto, que el pregonero «no conocía nuestras procesiones en las calles, pero que a través del entusiasmo observado en el seno de las cofradías, adivinaba ya lo que Córdoba es». La primera mitad del pregón, de hecho, se dedica a parafrasear los adjetivos que Manuel Machado y Federico García Lorca adjudicaron a nuestra ciudad hasta llegar a adherirse como cicatrices en la piel de su alma: «Romana y mora», «callada y sola».

De estos cuatro adjetivos extrae su valoración de lo que debe de ser una Semana Santa que no conoce. Comparaciones difusas con otras ciudades andaluzas, alguna reflexión tomada de los místicos, la evocación de los artistas del Barroco y, por supuesto, la exaltación ferviente del catolicismo completan el cuadro. En resumen, estamos ante un texto de compromiso, que contiene escasísimas referencias reales al tema que debía tratar: de hecho, sólo menciona a una cofradía, la de Jesús Caído, pero exclusivamente para sacar a colación a Manolete y muy, muy de pasada, algunas advocaciones de Dolorosas.

Nada de particular, pues, hay en el pregón de José María Pemán. O, mejor dicho, nada de lo que hoy se espera de un pregón: faltaba aún una década para que Antonio Rodríguez Buzón , en 1956, fijara el ‘canon’ de este peculiarísimo género literario.

El Cristo de la Buena Muerte, de cuya cofradía fue hermano José María Pemán Archivo ABC
Texto manuscrito del comienzo del pregón de la Semana Santa de 1946 ABC
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