Un pregón que realza la madurez de la juventud cofrade

Decir que Eduardo Capdevila ofreció un pregón basado en su experiencia puede resultar un atrevimiento teniendo en cuenta que tan sólo tiene 20 años. Sin embargo, este estudiante de Derecho pronunció este viernes un texto cargado de sensibilidad y vivencias que demostraron el alto grado de madurez que vive actualmente la juventud cofrade. Un discurso en el que no faltó la poesía ni los mensajes , tanto a las nuevas generaciones como a los dirigentes de las hermandades.

Con un marcado carácter lírico , Capdevila intercaló la narración con los versos, dedicando varias poesías a algunas de las imágenes de la Semana Santa de Córdoba , como el Remedio de Ánimas, Jesús Caído o la Esperanza. Asimismo, comenzó su alocución con unas hermosas palabras hacia Córdoba y su Catedral .

En su texto, el pregonero hizo referencia a todas las imágenes marianas de penitencia. No obstante, se detuvo más a fondo en aquellas con las que mantiene una relación más cercana. También tuvo palabras de reconocimiento para el Lunes Santo y sus barrios, especialmente, para el Zumbacón y la hermandad de la Merced , a la que pertenece Capdevila.

En el año en el que todas las corporaciones realizarán estación de penitencia en la Catedral, el exaltador quiso recordar a las cofradías del Martes Santo , y pidió al resto que las tomen «como ejemplo» porque, a pesar de su juventud, han mostrado su compromiso con la llegada al primer templo de la Diócesis.

Capdevila, estudiante de Derecho, relató sus habituales rutas cofrades con sus amigos desde la puerta de su Facultad. Un paseo que «siempre termina en San Lorenzo» . Además, en su texto también hubo sitio para la obra social y los sueños. En uno de ellos, el pregonero se imagina a través de una poesía a la Virgen de la Esperanza del Valle recorriendo ya las calles cordobesas. Un anhelo que espera ver pronto cumplido.

Como es habitual, Capdevila aprovechó su atril para lanzar varios mensajes. El primero de ellos a los jóvenes, a los que pidió que «disfruten el momento» y no tengan prisa por llegar a las juntas de gobierno. En relación a éstas, solicitó que cuiden a las nuevas generaciones y se ocupen de su formación.

En el marco soñado para él, ante su Cristo de la Buena Muerte expuesto en cultos, el pregonero emocionó a los presentes con una de sus vivencias. De este modo, narró su paseo diario a San Hipólito para llevar una rosa a los pies de su titular durante los seis días en los que su padre permaneció entre la vida y la muerte . Como el mejor de los finales, una poesía a su Reina de los Mártires. Palabras con las que cerró un gran pregón a la altura del grado de madurez que vive actualmente la juventud cofrade.