La Cuaresma en ABC

El patero del viernes | 'Sucedáneos', por Antonio Varo

¿Qué tal si nos planteamos asistir colectivamente al Triduo Pascual?

Monumento para la reserva del Santísimo el Jueves Santo en San Nicolás Valerio Merino

Antonio Varo

Hace casi un año, cuando la pandemia acababa de romper aguas , ya había soñadores que, después de fumar no se sabe qué clase de incienso adulterado , hablaban con voz lenta y poco definida de una «Magna» septembrina que calmaría su frustración o su sed de martillo y compensaría en tiempo de nardos , o eso creían, la ausencia -que ya se veía como inevitable- de lo que por su naturaleza es compañero del azahar. Incluso a las elevadas pituitarias de cierta jerarquía eclesial llegaron los efluvios de ese incienso de marca un poco blanca.

Fueron llegando los meses y pasó lo que pasó, que por cierto sigue pasando. Se olvidó la Magna septembrina y ya en el otoño se sabía que en 2021 tampoco retumbarían de tambores las palmeras del Patio de los Naranjos. Pero había que hacer algo… y entonces surgió la tormenta de ideas cuyo debate ha llenado unos cuantos meses para llegar a la situación actual. Por lo visto, en las mañanas de los días de Semana Santa habrá un acto en la Catedral , con asistencia de los hermanos mayores y una escueta representación de sus cofradías; eso sí, a estas alturas todavía no sabemos en qué consistirá dicho acto ni cuánto tiempo impedirá a los asistentes estar donde deberían estar todo el día, es decir, en sus sedes canónicas y ante sus titulares. Otros, en cambio, habrán pedido sitio para la exposición hispalense (¡quién lo diría, una recidiva tardía del 92!) y los más, seguramente, harán acopio de cervezas para quedarse en casa viendo yutubes de años anteriores mientras, quizá, un pebetero en el rincón del comedor exhalará su dosis permanente de incienso de marca más o menos blanca.

Ya que no nos vamos a vestir de nazarenos , ¿qué tal si nos planteamos, como cofrades y como hermandades, asistir colectivamente a las solemnidades del Triduo Pascual ? Es un hecho que, en muchos casos y para mucha gente, cofrades incluidos, los Oficios quedan relegados por las procesiones . Pero no debemos olvidar que, históricamente, las procesiones de Semana Santa no son un sucedáneo, sino un subproducto de la liturgia de esos tres días con la que, andando el tiempo, acabó cortando el cordón umbilical. O casi.

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