La Cuaresma en ABC

El patero del viernes | 'Perras', por Antonio Varo

No tenemos derecho a que una subvención nos saque las castañas del fuego

Hermanos mayores en la última asamblea de la Agrupación de Cofradías de Córdoba Rafael Carmona

Antonio Varo

Quizá la gente joven que lea esto no sepa que ‘perras’ es la forma coloquial, vulgar incluso, con que nuestros abuelos se referían al dinero, también llamado ‘parné’. Y de ‘parné, maldito parné’, vamos a hablar hoy. Hace unas semanas hubo sus más y sus menos, en la Agrupación y en las cofradías, a cuenta -nunca mejor dicho- de la subvención municipal a las hermandades. Hubo, naturalmente, quien puso el grito en el cielo, como si el cielo estuviera para solucionar problemas financieros , y salió la repetida cantilena de que si el turismo, la hostelería, y demás estribillos.

Vamos a ver. Los hermanos de una cofradía tienen que tener muy claro que ‘su’ cofradía será exactamente lo que ellos quieran que sea , también -y quizá sobre todo- en términos económicos. Con o sin subvención hay que hacer lo que marcan las reglas , sacar la procesión cuando sea posible, celebrar con dignidad los cultos, atender una labor social y enriquecer o restaurar el patrimonio… sola y exclusivamente con los recursos financieros que aporten, agencien o generen los hermanos. No tenemos derecho a esperar que una subvención pública nos saque las castañas del fuego : es más, tenemos la obligación de planificar los años, todos los años, como si esa subvención no fuera a venir nunca. Y si viene, bienvenida. Pero que nada esencial se quede sin hacer si no la hay.

Otra cosa es que es justo que venga… cuando haya motivo. Si hay procesiones y éstas generan ingresos para otros, es justo que una parte vaya a quien se bate el cobre en el ‘espectáculo’. Pero si no hay procesiones… sinceramente, no encuentro motivo para que se haya subvención: la subvención municipal se justifica exclusivamente por una actividad pública , la procesión, que genera un importante movimiento económico en la ciudad.

Eso sí: las cofradías, con o sin procesión, aportan a la ciudad más, mucho más, que la mayoría de las asociaciones ‘culturales’ o de las mal llamadas ONG. Pero las asociaciones privadas tienen que ser eso, privadas, y no depender necesaria o primordialmente de que la mano más o menos generosa de papá Estado (o Ayuntamiento) derrame unas cuantas ‘perras’.

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