La Cuaresma en ABC

El patero del viernes | 'Lágrimas', por Antonio Varo

Reflejadas en las tuyas, queremos ver las que muchas veces nos callamos, nos tragamos, nos bebemos

Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, en un besamanos Valerio Merino

Antonio Varo

Hoy, Madre, quiero reivindicar el derecho de todos a las lágrimas . Mañana y pasado estarás esperándonos, con tu mirada dulce, con tu manto resplandeciente de malva y oro , con tus manos puras sosteniendo un pañuelo delicado. Pasaremos horas delante de Ti sin poder besarte, pero pondremos ante tu imagen, de forma invisible, espero que invisible, el caudal de lágrimas que hemos acumulado: no ya en este año último, de tanta pandemia como hipocresía, de tanta enfermedad como mentira, de tanto dolor como subterfugio, sino en toda nuestra vida. Queremos ver, reflejadas en tus lágrimas intensas, las que muchas veces nosotros nos callamos , nos tragamos, nos bebemos.

Pienso en las lágrimas que oculta día sí y día también J. N. L., para dar siempre s onrisa y protección a sus hijos (uno de ellos, qué casualidad, se llama también Jesús). O en el brillo dulce de los ojos de S. G. cada vez que te ve, porque te vio muchos Miércoles Santos yendo de la mano o del brazo de un hombre bueno al que quisiste llevarte hace ya cinco años y medio. O en las que se sigue tragando, bajo una sonrisa que no engaña a nadie, A. C .J., que lanza besos al cielo cada vez que puede porque los besos de este mundo se le han quedado chicos, o en las que a veces humedecen las mejillas de I. G. G. Sí, todas ellas son mujeres, como Tú. Pero hay también hombres que lloran, y quiero poner las iniciales de los hermanos D. F., V. S. o P. L., que el año pasado se quedaron sin sus padres respectivos.

Ya ves, Madre, este fin de semana quiero meditar sobre las lágrimas. Ante las tuyas, que son avanzada, reflejo y modelo de todas las lágrimas del mundo. Y con las de toda la Humanidad que sufre o goza , porque llorar ya es una forma de consuelo… si está tu figura al fondo, aunque la bruma húmeda que cubre las retinas difumine tus perfiles.

Porque Tú, y sólo Tú (bueno, también tu Hijo) sabes la verdadera naturaleza de las lágrimas que este fin de semana pondremos a tus pies, ya que no nos ha sido dado besar tus manos delicadas.

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