La Cuaresma en ABC
El patero del viernes | 'Después', por Antonio Varo
Habrá un taponazo de botella de champán en el que se irá parte de la fuerza
«No hay mal ni bien que cien años dure, ni cuerpo que lo resista», decía mi bisabuela , que a punto estuvo de contradecirse porque murió con 97 años. Por lo mismo, dado que ni siquiera las pandemias son eternas, me vino a la mente la semana pasada la recordada película ‘El día después’ , asociándola a cómo será el mundo cuando la covid-19 sea sólo un recuerdo. El sábado se me rompió la bola de cristal , de modo que no voy a ejercer de adivino, pero sí a conjeturar cómo pienso que puede quedar el mundo de las cofradías cuando todo esto pase.
Tengo la impresión de que, tras la vuelta a la auténtica ‘nueva normalidad ’ (¿se acuerdan de las homilías del doctor ‘cum fraude’?), viviremos una especie de ‘subidón’: las filas nazarenas se verán más pobladas, porque tienen que ponerse al día los niños que hubieran debido incorporarse en los años de parón; las marchas volverán a sonar con fuerza (tal vez con bandas menos pobladas ) y no faltarán los izquierdazos aunque, eso sí, se habrán caído nombres de las listas de los listeros del costal, y no tengo claro que vaya a haber relevo completo. Pero los estrenos llegarán a cámara lenta , sin que pueda negar la posibilidad de un cierto retroceso para unas cuantas corporaciones. La crisis económica tendrá una sombra mucho más larga que el virus, sobre todo en las hermandades que, en condiciones normales, recibían la subvención como un balón de oxígeno.
De cuánto dure la pandemia dependerán muchas cosas. Mientras más se prolongue, más intenso será el ‘subidón’, y seguramente más breve. Será el taponazo de una botella de champán en el que se irá gran parte de la fuerza. Después… habrá que limpiar del suelo la espuma derramada. Y quizá sea bueno que ocurra: llevo tiempo diciendo que todo esto está sobredimensionado, con una realidad aparente que oculta la ausencia de raíces sólidas en varias zonas del jardín. Sigo diciendo que sobran cofradías, incluso en carrera oficial (y no digamos nada de las otras). Quizá -ojalá- la pandemia reduzca (en el sentido etimológico de ‘volver’) todo esto a su tamaño real.
Pero no me hagan mucho caso. Recuerden que se me ha roto la bola de cristal.
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