La Cuaresma en ABC

El patero del viernes | 'Bautismo', por Antonio Varo

No olvides que el cubrerrostro sirve sobre todo para mirar hacia dentro

Nazarenos de la hermandad de la Misericordia Valerio Merino

Antonio Varo

Ha empezado la Cuaresma, una Cuaresma que va a ser muy distinta para ti. El año pasado, poco antes del Miércoles de Ceniza , solicitaste el alta en tu hermandad. No habías llegado allí por nacimiento ni por impulso, sino por convicción. Ya no estás en la adolescencia, y de hecho cuando entraste en la hermandad te faltaba poco para alcanzar tu grado universitario.

¿Qué te hizo dar ese paso a ti, que nunca antes habías pensado en ser cofrade? Tenías, me consta, una buena formación humana y religiosa , pero nada hacía pensar, al menos viendo las cosas desde fuera, que tomarías esa decisión. La verdad es que me intriga y me fascina tu caso: llevo en la nómina de mi hermandad desde mi nacimiento y he visto llegar a gente en la infancia para vestirse de esclavina, o adolescente para pasar la prueba iniciática del capirote, o con la mayoría de edad recién estrenada para poner una trabajadera sobre el cuello. Pero los ejemplos como el tuyo no son abundantes.

Noto en ti, concentradas, la ilusión del niño que se va a poner su primera esclavina, la ansiedad del adolescente que estrena capirote y la firmeza de quien se pone costal y faja por primera vez. Y, en cierto modo, eres un ejemplo: has decidido ser cofrade por propia voluntad, con tu grado en Derecho recién estrenado, con tu corazón cargado de esperanza y mucha luz en la mirada limpia de tus ojos.

Este año, si Él quiere, se va a hacer realidad tu sueño. Cuando llegue el día, te enfundarás la túnica y el capirote, cogerás tu cirio y, mirando hacia adelante, contemplarás en filas a tus hermanos con túnicas iguales que la tuya ; con un poco de suerte, a veces lo verás a Él, recortando su perfil sobre el cielo del atardecer y caminando entre inciensos y entre músicas. Lo verás todo, eso sí, desde el perímetro escueto de los ojos de tu cubrerrostro. Y no olvides que el cubrerrostro sirve, sobre todo, para mirar hacia adentro , para mirar tu alma y tu vida y para conocerte mejor a la luz de Quien va en la procesión, al mismo tiempo, delante y dentro de ti.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación