La Cuaresma en ABC
El patero del lunes | 'Sacristán del salmorejo', por Miguel Ángel de Abajo
La falta de procesiones pone de relieve lo mucho que aportan las cofradías a la sociedad aconfesional
Pasó el pregón, y el sacristán respiró: «¡Ay!, un pregón menos, si yo fuera el pregonero!...» Así discurría el sacristán, mientras que quitaba el polvo a los querubines del retablo… El pregón 2021 ha anunciado la Semana Santa de la pandemia . Una Semana Santa para la Esperanza.
La Esperanza es lo último que se debe perder, hemos perdido la Semana Santa en las calles, pero la Semana Santa es mucho más que las calles (y que las sacristías con serafines ), aunque las calles van a resentirse mucho de la falta de procesiones.
Las cifras son desoladoras. La falta de procesiones está poniendo de relieve lo mucho que aportan las cofradías a la sociedad civil y laica , incluso a la sociedad aconfesional y laicista. Esa parte de la sociedad que tantas veces mira despectivamente a la Semana Santa, como si fuera un estorbo.
Ahora, la sociedad que trabaja y necesita trabajar, ve con preocupación cómo los días santos (santos para algunos) se quedan sin eventos callejeros. Eventos que han surgido por la voluntad del pueblo , que no son eventos desde arriba, ni de la jerarquía eclesiástica (ni de sacristanes-polilla) ni de los poderes públicos. Es la democrática voluntad popular la que hace posible la Semana Santa.
Es muy lamentable la enorme pérdida de recursos económicos que va a dejar una Semana Santa sin pasos en la calle, pérdidas en hoteles , restaurantes, transportes, comercios… A todos ellos, las cofradías les dan todos los años un generoso respiro económico del que, prácticamente, no se benefician (lo dan gratis), porque lo que hacen las cofradías , lo hacen por su fe.
Pero, contra viento y marea, la Semana Santa permanece, ha permanecido a pesar de las dificultades, c omo se expuso en el Pregón de la Semana Santa 2021 (ése que tanto alivio produjo al sacristán cuando pasó), invitando a no decaer, a tener Esperanza. A pesar de la pandemia, a pesar de sacristanes con nostalgias pregoneriles marchitas, sacristanes que languidecen quitando el polvo de querubines meones, socarrones y pillines que le dicen: «¡Ay, sacristín, sacristán, cuando tengas más salero, pregonero tú serás del Pregón del Salmorejo , del Pregón de la Pavía, de la pavita y del pavo, por eso… échale, échale guindas al pavo… a ver si el pavo que tienes, es un pavo menos pavo. ¡Olé!».
Ante la crisis de una Semana Santa sin procesiones y de sacristanes rancios: «¡Dame la mano, Esperanza!»
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