El patero del lunes | 'Pastor a bastonazos', por Miguel Ángel de Abajo

El buen pastor es aquel que da la vida por las ovejas. El buen pastor, si tiene una oveja descarriada , deja a las demás en el albergue y sale a buscarla. El buen pastor cura a las ovejas, las corrige, les habla claro, está dispuesto a escucharlas…

Hay pastores que agreden, que tratan a las ovejas a palos, que el cayado lo cofunden con el garrote . Hay pastores que aburren a las ovejas, que las tratan con desdén porque para eso son ovejas y él el dueño del rebaño (o eso se imaginan), confunden la parábola del pastor, con la profesión del ganadero.

Estos pastores vocean en la altura de los riscos de sus predicaciones como profetas del Antiguo Testamento , pero sin tener la hondura veraz de esas voces bíblicas, pues se quedan en el gesto adusto, en el tono agrio y seco. Suelen ser pastores que no incentivan, sino que restan, que no suman al rebaño, sino que lo menguan, porque conducen más a bastonazos , que con el bastón.

Pero menos mal que estos pastores no siempre son trueno de tormenta y granizada. A veces tienen días buenos. A veces, también son rocío y brisa, aire que deja hacer, viento que sopla las velas del barco. Es la cara y cruz de algunos pastores.

Cuando el pastor trata a las ovejas a bastonazos, estas huyen, es normal. El rebaño se vacía, se empobrece. El rebaño no precisa de empalagos, de atenciones aduladoras y buenistas . El rebaño no precisa de halagos, eso sería la otra vertiente del pastor a bastonazos, el pastor edulcorante, sacarino. El rebaño precisa corrección, pero fraterna ; palabra, no grito; saludos, no coces; razones, no veredictos sin juicio.

Hay que tener paciencia con estos pastores, porque hay pocos pastores y el rebaño es mucho. Hay que pedirle al verdadero Pastor, al que dio y da la vida por sus ovejas, que inspire a los pastores de boxeo, que los guíe con luz clara para que no ofusquen al rebaño, cegándolo con luces de relámpago que puedan hacer arder, como rayo de fuego, la hierba de los campos donde pacen las ovejas.