La Cuaresma en ABC

El patero del lunes | 'Los otros virus', por Miguel Ángel de Abajo

Ante cualquier propuesta novedosa, solo ponen objeciones y miradas cortas y sin alcance

Nazarenos durante la estación de penitencia de su cofradía J. M. Serrano

Miguel Ángel de Abajo

Parece que las vacunas van dando un poco de freno a la pesadilla del Covid-19 . A ver si chicotá a chicotá, con ciencia, conciencia y talento vamos superando las cuarentenas y emboscadas de la enfermedad. Las cofradías casi siempre han respondido a las epidemias con rogativas, novenas y procesiones . Hoy se muestran muy obedientes con las distancias sociales y los aforos, y así debe ser, aunque en otros tiempos no lo hubiesen sido tanto. La religiosidad era una forma de afrontar los males. Las que no son tan obedientes son las feministas, que parece que no están dispuestas a dejar de ponerse moradas el 8M en sus procesiones sin sant@.

Hay males muy evidentes, como las epidemias y sus virus, pero hay otros males menos evidentes que poco a poco minan la salud cofrade porque son asintomáticos , es decir, no parece que quienes los padecen los sufran, más bien todo lo contrario, pues les dan buen color de cara, buena fama, buen aspecto , incluso un más que generoso perímetro abdominal fruto del sosiego, las cervecitas y las comilonas.

Esos virus invisibles son los que, disfrazados de prudencia , frenan la imaginación y la creatividad cofrade (y la no cofrade también). Son virus que ante cualquier propuesta novedosa solo se les ocurre ponerle pegas, objeciones, miradas cortas y sin alcance, pues no tienen capacidad de ver más allá de sus narices (y ahora con las mascarillas, ni eso). Esos virus siempre tienen la coletilla del «hay que pensárselo mucho» (léase esto con tono grave), «hay que sopesarlo» (leve oscilación craneal con sonido de maracas), «hay que estar formados para tomar decisiones» (entrecejo fruncido y bostezo sapiencial), etc.

Todo muy sensato, pero a poco que se rasque detrás de ese argumentario, se demuestra que son ellos mismos los que no piensan nunca, ni sopesan , ni tienen inquietud por formarse… más bien están acomodados en el conformismo convencional de su inmovilismo. Esos virus miran mucho a lo que se hace a la sombra de la Giralda , y si allí no se hace tal cosa, aquí tampoco. Pero si al día siguiente la misma cosa se hace allí, la cortaypegan de inmediato. Ese virus tiene varias muecas, la mueca de lo añoso y venerable, el rictus de la cordura, el gesto de la reflexión… Mueca, rictus y gesto es todo lo que da de sí una máscara de cartón que oculta un vacío de sesera.

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