La Cuaresma en ABC
El patero del domingo | 'Invernadero', por Luis Miranda
Quizá los mismos naranjos que se tragan la luz de las farolas hayan madrugado esta Cuaresma desabrida por puro despiste
EL azahar siempre fue más la flor de la espera que la del gozo. Cuando la Semana Santa llega en la frontera entre marzo y abril los naranjos están todavía llenos y fragantes, pero tampoco es raro que unos cuantos días antes ya hayan caído los botones blancos a las aceras.
Si el incienso impacta en el encuentro con las imágenes en la calle, el azahar evoca con un verso de olor la espera en que se acarician los recuerdos , y si su perfume detiene el paso y el aliento es porque llega en los días en que el corazón lo conserva todo fresco y radiante, sin cosas poco gratas que hagan pensar si después de todo se estaba esperando algo que sólo era de verdad bueno en los recuerdos maquillados .
En esta Cuaresma extraña de frío y de calima en que se recibe a la lluvia con la esperanza de que descargue con ganas y se marche como muy tarde antes del Viernes de Dolores , el azahar se ha asomado a falta de casi un mes y ha descuadrado las fechas. Es de espera, pero no de la inminencia ardiente de contar los días que faltan.
Quizá los mismos naranjos que se tragan la luz de las farolas para que brillen más los pasos de palio, los que recogían en las hojas verdes el cálido humo de la cera, hayan madrugado este año de Cuaresma desabrida por puro despiste.
Tanto los nombraron los cofrades que se acostumbraron a sus ciclos y esta vez se han trastocado con tantas fechas. Lloraron sus lágrimas blancas el año del confinamiento por las calles de angustia vacía y en 2021 tuvieron que conformarse con perfumar días sin nazarenos.
Al cabo del tiempo se volvieron locos, como tomates que se crían en invernaderos sin distinguir si es otoño, verano o invierno. De ver las cosas fuera de temporada, de pensar en que la música sonaba cuando ellos estaban pensando en crear las frutas más orondas, se equivocaron de tiempo y hasta en este año que tenía que ser de espera gozosa resolverán el azahar antes de que termine marzo, como si después de todo tampoco importasen la primavera , la luna llena ni la Pascua para ver un paso en la calle.
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