La Cuaresma en ABC
El patero del domingo | 'Erasmus', por Luis Miranda
Nadie que quiera ser hermano mayor debería saltarse el requisito de haber vuelto a su casa después de 10 kilómetros acompañando a las cofradías
Al lado del certificado de matrimonio canónico, cada candidato a hermano mayor debería aportar un currículum con muchas horas de calle en Semana Santa viendo a cofradías que no son la suya. Incluso con su poquito de vivencia peliculera hablando de aquel rato con el Huerto subiendo la calle de la Feria o del estremecimiento con que el Cristo del Remedio de Ánimas dejó una muesca en el alma cierta noche de Lunes Santo.
Nadie que quiera estar al frente de una cofradía debería saltarse el requisito de haber vuelto a su casa después de 10 kilómetros acompañando a las hermandades, fijándose en las candelerías , admirando las filas de nazarenos bien cuidadas o lamentándose por las que no lo están. Rumiando la forma no de copiar, sino de traerse las ideas que en su casa pueden cuajar.
Igual que hay gente que se acuerda del sacramento de la Confirmación sólo cuando tiene que presentarse a hermano mayor y lo hace como un trámite, quizá serviría para que algunos pensasen en formarse y llamasen a algún prioste conocido o a un diputado mayor de gobierno con buen criterio para escuchar consejos que sirvan.
Los más avispados intentarían levantar academias donde uno podría conocer la importancia de que todos los hábitos de los nazarenos sean iguales y a lo mejor alguien caería en la necesidad de jubilar todos los cubrerrostros zarrapastrosos para invitar a los hermanos a hacérselos propios.
No podría quedarse en una formación teórica y habría que llevar a los educandos por las casas de hermandad y trasnochar más de una vez para ver cómo se funde la cera.
Los que quisieran ampliar hasta podrían marcharse de Erasmus a donde todo el mundo está pensando, pero siempre bien tutorizado, que si la beca universitaria sirve muchas veces para conocer a lo bíblico, de Sevilla podrían venir algunos sin distinguir entre Roldán y Sebastián Santos, pero con un máster de cruzar entre las filas de nazarenos y sabiéndose todas las órdenes desde las trabajaderas para hacer cambios cigarreros.
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