LA CUARESMA EN ABC

Un eco del palio de la Esperanza de Triana en el Círculo de la Amistad de Córdoba

Los azulejos del patio vienen de cerámica Santa Ana y son coetáneos e hijos de la misma corriente regionalista que el palio

Nuestra Señora de la Esperanza de Triana, en su paso de palio Juan Flores

Álvaro R. del Moral

¿Qué tiene que ver el canon estético de la Esperanza de Triana con los azulejos del Círculo de la Amistad ? Los vínculos son mucho más estrechos de lo que podría sospechar cualquier socio que contemple el patio cubierto del Liceo cordobés. Todo tiene un porqué; y su propia historia. El hilo que cose estos elementos hay que encontrarlo en uno de los motores del regionalismo artístico -el erudito sevillano José Gestoso - y en la obra de un pintor y diseñador ornamental, José Recio del Rivero , que reinventó el universo artístico que rodea a la Dolorosa trianera partiendo de los antiquísimos modelos cerámicos del arrabal.

El arte del regionalismo cambió para siempre la faz de la ciudad vecina reivindicando la herencia renacentista y mudéjar . Todo tuvo su traducción en clave cofradiera a raíz de la restauración de la ornamentación plateresca del Ayuntamiento hispalense por el pintor ornamental y escayolista Pedro Domínguez . Partiendo de esos moldes, el mismo autor diseñó en 1894 las trazas del palio de la Virgen de la Victoria de las Cigarreras, arranque del arte regionalista cofrade que viviría su explosión más conocida con la creación del palio rojo de la Macarena en 1908, clave de la obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda .

Azulejos en el patio principal del Real Círculo de la Amistad de Córdoba Ruiz de Almodóvar

En ese panorama pululaba Gestoso, un actor fundamental y casi desconocido para entender la transformación estética que se produce en las cofradías sevillanas a comienzos del siglo XX. Gestoso era un apasionado de la cerámica y la recuperación de esos moldes perdidos debe mucho a su decidida acción en alianza con Recio del Rivero. Gestoso, además, fue miembro del primer comité organizador de la demorada Exposición Iberoamericana que -fallecido en 1917- no pudo ver. No hay que olvidar que aquela muestra constituyó un auténtico revulsivo para las cofradías a las que sumergió en una frenética carrera de estrenos .

A partir de ahí encaja todo el rompecabezas que hila la génesis del arte del regionalismo con la preparación de la exposición del 29, la reconversión artística de la cofradía de la Esperanza de Triana y hasta el definitivo pistoletazo de salida de una revolución artística que aún no ha sido superada. Recio tampoco fue ajeno a las influencias renacentistas y al legado estético de unos ceramistas del siglo XVI y XVII -los Valladares - que son reconocibles en el palio de la Esperanza y… en los azulejos del Real Círculo de la Amistad . El diseñador bebió los vientos del regionalismo e hizo de la memoria artística y artesanal de la otra orilla un nuevo lenguaje para alumbrar el definitivo universo sensorial de la cofradía de la Madrugada a la vez que la dolorosa anticipaba el canon de Virgen castiza que consagraría Castillo Lastrucci .

Capilla de la Virgen de Rocamador en la iglesia de San Lorenzo, una de las fuentes de inspiración Vanessa Gómez

El ceramista desarrolló casi toda su obra para la fábrica de azulejería de los Mensaque y Vera , pero la impronta de su estética desbordó de esos talleres e impregnó otros diseñadores y obradores, como los de cerámica Santa Ana , de los que salieron los paños cerámicos del Círculo. Tienen un evidente parecido con los que adornan la capilla de la Virgen de Rocamador de la parroquia sevillana de San Lorenzo . Son obra de los Valladares y evidente fuente de inspiración en los diseños realizados por Recio para la Esperanza: desde el manto de 1909 pasando por los palios de 1916 y 1951 y todo el juego de insignias.

Hablamos de una auténtica Edad de Plata de las cofradías, transferible al momento febril que viven todas las artes, la literatura, la escena. Hasta la incipiente cinematografía. La transformación del palio es paralela en el tiempo a la irrupción de la generación del 27 , a la música de Turina o Falla o a los toreros que siguen la estela marcada por Joselito y Juan Belmonte. Se trata de un tiempo irrepetible que se cierra de pronto con el estallido de la Guerra Civil . Las cofradías no fueron ajenas a este panorama y, en su mayoría, optarían por mudar su piel romántica para adaptarse al nuevo arte. Un auténtico «revival» del arte que, de alguna manera, también dejó su impronta en el Círculo de la Amistad. Cuando contemplen las bambalinas de la Esperanza, acuérdense de sus azulejos. Se sorprenderán.

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