PRELADO
El obispo en la Catedral: «Sed cofrades en todos los lugares y sedlo todo el año»
Monseñor Fernández espera que «el paso por estas naves y por estos arcos encienda en todos vosotros el deseo de una renovación espititual»
![El obispo ante nazarenos de la Virgen del Desconsuelo del Santo Sepulcro](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2017/04/15/s/obispo-viernes-santo-kBJH--620x349@abc.jpg)
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se dirigió el Viernes Santo a todas las cofradías en la Catedral durante el paso de la Virgen del Desconsuelo, de la hermandad del Santo Sepulcro, que es la última que pasa antes de que el Resucitado ponga el punto y final este domingo a las estaciones de penitencia. En su alocución, el prelado llamó a los miembros de las hermandades a «ser cofrades todo el año», al tiempo que mostró su alegría «para todos por poder hacer aquí la estación de penitencia y entrar por esa puerta ancha donde caben cada uno de los pasos que han ido recorriendo esta Semana Santa», dijo en referencia a la recién abierta segunda puerta.
«La renovación espiritual»
«Que el paso por estas naves y por estos arcos encienda en todos vosotros el deseo de una renovación espititual», afirmó Fernández, que insistió en que hay que ser cofrade «no solo en esta noche santa: sed cofrades en todos los lugares, no solo en este templo precioso; sedlo en vuestra familia, en vuestra casa, sedlo en vuestro trabajo, en la convivencia de unos con otros. Sed testigos de Cristo y pidámosle a María Santísima del Desconsuelo que nos acompañe en nuestras soledades y en nuestro sufrimiento».
«Qué grande es ser cristiano, qué grande es ser discípulo de uno que no está muerto sino que vive: en la historia de la Humanidad hay muchos personajes, pero todos están muertos. Pero el cristiano es discípulo de uno que ha resucitado que nos da la vida eterna y la esperanza en este caminar por la tierra. Ser discípulo de Él es una de las dichas de la vida cristiana: otra es tener madre. Un cristiano tiene madre y se llama María», añadió.
Fernández concluyó con un mensaje de ánimo a los cofrades, porque «la vida cristiana permanece siempre a pesar de nuestros pecados».