LAS CLAVES
Un Martes Santo casi perfecto
Todas las cofradías realizaron estación de penitencia en la Catedral a excepción de la Universitaria, que prefirió no arriesgarse ante el mínimo riesgo de lluvia
El Martes Santo arrancaba de nuevo con incertidumbre por culpa de las condiciones climatológicas. La jornada comenzaba en el mismo lugar que se cerró en la noche del Lunes Santo, en la plaza de la Trinidad. Allí se congregaron numerosos cofrades, ansiosos por poder disfrutar de lo que la lluvia le había privado en las dos jornadas anteriores. No eran pocas las nubes negras que cubrían la ciudad a las 16.40 horas, momento en el que la Santa Faz debía tomar una determinación tras solicitar la media hora de cortesía.
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La Santa Faz abre la tarde
El Martes Santo arrancaba de nuevo con incertidumbre por culpa de las condiciones climatológicas. La jornada comenzaba en el mismo lugar que se cerró en la noche del Lunes Santo, en la plaza de la Trinidad . Allí se congregaron numerosos cofrades, ansiosos por poder disfrutar de lo que la lluvia le había privado en las dos jornadas anteriores. No eran pocas las nubes negras que cubrían la ciudad a las 16.40 horas, momento en el que la Santa Faz debía tomar una determinación tras solicitar la media hora de cortesía .
De pronto, la incertidumbre se transformó en aplausos. La renovada cruz de guía se ponía en la calle para realizar estación de penitencia. Tras ella, nazarenos y los esperados ciriales para dar paso a la misericordiosa mano del Señor en su encuentro con la Mujer Verónica . Por fin, desde la puerta principal del templo. Una escena que este año estaba adornada con un friso de flores surtidas en tonos rosa, malva y naranja pastel. Y tras el paso, la elegancia hecha música con Pasión de Linares . Una combinación mágica que brilló de forma especial en la calle Judería y en la llegada a la Catedral del misterio.
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Blanca Trinidad
Hasta la salida de María Santísima de la Trinidad la lluvia apenas había dejado procesionar a la Virgen de la Palma y unos minutos a la Encarnación y a la Candelaria el pasado Domingo de Ramos. Por este motivo, la salida del palio de la Dolorosa ofreció consuelo a los cientos de fieles que allí la esperaban. Con exorno floral blanco, María Santísima de la Trinidad perfumó cada rincón de la judería cordobesa.
Mecida con la música de la formación Tubamirum , de Cañete de las Torres, esta Dolorosa contemporánea repartió dulzura por una calle San Fernando a reventar. Antes, abandonaba la Catedral con «Virgen de la Estrella» . Finalmente, la Reina de la Trinidad, espléndida con la candelería consumida, puso el broche de oro a una gran estación de penitencia con la entrada en la iglesia de San Juan y Todos los Santos.
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El paso del Prendimiento
Aún no se había pasado la emoción tras la noticia de la salida de la hermandad de la Santa Faz cuando la calle María Auxiliadora , abarrotada de gente, se inundaba de alegría con la salida de la cofradía del Prendimiento . Una hermandad de carácter joven y alegre, auspiciada también por el colegio salesiano, que tiene muchos seguidores entre los cofrades de corta y mediana edad .
La algarabía se convirtió pronto en silencio para observar la magnífica talla delantera y trasera del paso. Un trabajo minucioso de los talleres de Miguel Ortiz y Manuel Jurado que embelesó a los cofrades por sus numerosos detalles en la madera del canasto y de los candelabros. En cuanto a exorno floral, el misterio lucía un exótico calvario de flores moradas. Por sus dimensiones y andar alegre, el paso del Prendimiento dejó muchas escenas para el recuerdo en los alrededores de la Catedral , a cuyas inmediaciones llegó con «Alma de Dios», interpretada por la vecina Agrupación Musical del Cristo de Gracia.
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Piedad salesiana
Tras el paso del enorme misterio, la Virgen de la Piedad , obra de Juan Martínez Cerrillo. Dolorosa salesiana que en la tarde del Martes Santo impregnó de amor a las recónditas calles cercanas al barrio San Pedro, lugar por el que la cofradía discurrió para acceder a la Puerta del Puente . Precisamente allí, el palio de la Piedad ofreció una estampa preciosa subiendo en una misma «chicotá» hasta bien entrada la calle Torrijos.
Una Virgen, cuyo palio estaba decorado hoy con flor blanca símbolo de su pureza , que en esta jornada estrenó la peana que para ella ha realizado el orfebre Emilio León. El mismo que también ha ejecutado el puñal de plata que lucía en su pecho en la tarde de hoy la reina de Salesianos y que ha sido un regalo del grupo joven de la cofradía.
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Un pedacito de El Naranjo
La emoción viajó rápido desde María Auxiliadora al Patio de los Naranjos, donde a las 18.15 horas la hermandad de la Agonía colocaba su cruz de guía bajo el Arco de las Bendiciones. Fuera, la esperaba su banda de la Salud, que interpretó el himno nacional con el paso de misterio asomando por la Puerta de las Palmas. Instantes después, Longinos aparecía con su lanza y, encima de éste el Cristo de la Salud , cuya primera «levantá» estuvo dedicada a las víctimas de los ataques terroristas de Bruselas .
Acompañado de muchos niños vestidos de esclavinas , el Crucificado del Naranjo completaba una vistosa salida, con un elegante giro hacia la Puerta de Santa Catalina que provocó el sincero aplauso de las personas que llenaban el patio del recinto catedralicio. Con un calvario de iris morados, el misterio de la Agonía demostró a lo largo de todo su recorrido una perfecta sintonía con su banda de cornetas y tambores. Una formación que lleva el nombre de la titular Dolorosa, Nuestra Señora de la Salud , para cuya salida procesional ya queda un Martes Santo menos.
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La nota triste de la jornada
La noticia triste de la jornada llegaba desde la iglesia del Juramento de San Rafael . Allí, la hermandad Universitaria decidía no realizar estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral por las inclemencias meteorológicas . De este modo, la corporación de silencio entendía que no existía la suficiente garantía para poner en la calle a sus dos pasos. Una noticia que sentó como un jarro de agua fría a los numerosos cofrades que esperaban en la plaza la salida de estas dos sobrecogedoras imágenes .
Asimismo, los hermanos rezaron de forma interna con el ejercicio del vía crucis con las imágenes del Cristo de la Sábana Santa y de la Virgen de la Presentación . Un momento oración íntimo cargado de solemnidad que consoló a los nazarenos que cada año visten el hábito de San Pedro de Álcántara . Posteriormente, se abrieron las puertas del templo para que los cofrades pudieran visitar a los titulares universitarios y observar, entre otros elementos, el nuevo calvario inspirado en el Gólgota que este año estrenaba el paso del Crucificado de Miñarro.
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«La Sangre y la Gloria» en Capuchinos
La decisión de la Universitaria no disuadió a los cientos de personas que aguardaban en la plaza de Capuchinos la salida de la cofradía de la Sangre , que tuvo lugar alrededor de las 19.00 horas desde el cocherón de la famosa plaza empedrada. Como primera imagen, Nuestro Padre Jesús de la Sangre, vestido con túnica blanca con motivo del Año de la Misericordia , y seguido de las figuras del misterio que tallara el jerezano Pinto Barraquero.
El blanco de la túnica ofrecía una imagen diferente a la habitual, a que había que sumar un friso de color sangre de toro que contrastaba con el dorado del paso. Un gran misterio que, acompañado de la reconocida banda «Esencia» , de Sevilla, hizo las delicias de los privilegiados que pudieron presenciar su paso por las Tendillas, con «Silencio Blanco» o por las calles Cardenal Herrero y San Fernando, de regreso a su templo.
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Reina de los Ángeles
Cuando el paso de misterio se perdía por Carbonell y Morand, las primeras borlas de la Reina de los Ángeles asomaban por el cocherón de Capuchinos. Con la belleza que le otorgara Luis Álvarez Duarte , la Dolorosa de la hermandad del Císter volvía un Martes Santo más a encontrar consuelo en la figura de San Juan. Pero no el de este año no era un Martes Santo cualquiera, era el estreno del frontal del respiradero del paso de palio. Una pieza que pudo ser admirada por los cofrades cordobeses tras la incertidumbre de primeras horas de la tarde.
Con la macha que Alfonso Lozano escribiera para la hermandad, «La Sangre y la Gloria» , el palio de la Reina de los Ángeles se presentaba a su pueblo. Una composición interpretada por la Banda de la Esperanza , que por fin se estrenaba en la Semana Santa de 2016 tras dos intentos frustrados el Domingo de Ramos y el Lunes Santo. Un carácter solemne que el palio mantuvo durante todo el recorrido, en el que caminó con marchas como «Mater Mea» o «Virgen del Valle».
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El Buen Suceso cierra una gran noche
Cuando se cerraba la tarde todas las miradas se trasladaron a las puertas de San Andrés , donde el público esperaba la salida de la cofradía del Buen Suceso. Pasadas las ocho de la tarde, la imagen anónima del siglo XVII traspasaba el pórtico de su templo para iniciar su camino hacia la carrera oficial. Con una túnica burdeos lisa, regalo de su vestidor, Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso enseñaba a la ciudad la última fase de tallado de sus respiraderos.
Completado el recorrido obligatorio, los nazarenos rojos se dirigieron hacia la Catedral para realizar estación de penitencia. Un recorrido que cuenta con instantes mágicos como el s uave paso del misterio por la recóndita Deanes , cuyas pareces parece acariciar con su mano el Nazareno ante la atenta mirada de Simón de Cirene y de María Magdalena.
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Dulce Caridad
La Cuaresma de 2016 ha tenido una imagen principal, la de la Virgen de la Caridad , que este año cumplía 25 años de su bendición y que ha colmado las portadas de los carteles y revistas de distintas publicaciones. Un protagonismo merecido ya que, a pesar de su juventud, es una de las Dolorosas más bellas de la Semana Santa de Córdoba. Una imagen que, gracias a la tregua de la lluvia, pudieron disfrutar los miles de cordobeses que se echaron a la calle en la noche del Martes Santo.
Con un exorno floral compuesto de rosas, la Virgen de la Caridad enmudeció a la plaza de las Tendillas con su leve mecida al son de «Mi Amargura» . Un estilo solemne y elegante que mantuvo en su estación de penitencia ante el Santísimo y que cerró el paso de las hermandades por la Catedral en una casi completa tarde de Martes Santo.