Pasión en Córdoba
Luis Bedmar, la amplia obra procesional de un gran maestro de la música de Córdoba
El compositor y director tiene escritas casi una veintena de marchas
Su trabajo por la música en Córdoba y por la música cordobesa es tan amplio y durante tanto tiempo que muchos se sorprenden cuando saben que Luis Bedmar Encinas nació en realidad en un pueblo de Granada llamado Cúllar, en 1932
Fue director de la Banda Municipal de Córdoba de 1974 entre 1988, pero mucho antes ya había marchas entre su amplia obra compuesta. No es frecuente escuchar obras suyas en Semana Santa , pero los expertos insisten en la calidad de sus composiciones. Son más de quince, repartidas entre la capital y pueblos como Montoro, y aunque no todas se han recuperado en los últimos años, muchas merecen sonar más.
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«Vida de un alma» (1955)
Fue su primera marcha y se la dedicó al Cristo del Amor , cuya cofradía nacía en aquellos mismos años. Era una época dorada para la música procesional de Córdoba, que veía cómo Pedro Gámez Laserna , Enrique Báez , Dámaso Torres , José Timoteo y Francisco Melguizo escribían piezas que ahora son clásicas.
En la época en que escribió «Vida de un alma», el músico hacía de organista para la joven parroquia de Jesús Divino Obrero y por eso la dedicó al Cristo del Amor . Es una marcha que comienza con la sorpresa de unas enérgicas llamadas de los metales que sin embargo dejan paso a melodías de mucha dulzura e inspiración.
2
«Nuestra Señora de la Esperanza» (1959)
Luis Bedmar contrajo matrimonio con su esposa un 18 de diciembre, fiesta de la Virgen de la Esperanza , y a la imagen de esta advocación, entonces en Santa Marina, dedicó esta marcha de corte solemne, grabada en varias ocasiones.
Una melodía de tono descendente que se interrumpe después con escalas ascendentes, conduce esta pieza, que desde hace años acompaña a la Virgen de la Esperanza en su camino desde el interior de San Andrés hasta la puerta , interpretada por la banda de la cofradía, que siempre ha resaltado la obra del compositor.
3
«Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto» (1973)
El título original de esta pieza era «Resignación» , aunque después se dedicó al titular de la cofradía que renacía en San Francisco por los mismos años en que se escribió esta marcha, una de las más admiradas de su autor.
Se abre con una melodía fúnebre que poco a poco se va haciendo más solemne gracias a la contraste de las partes en que intervienen los metales . Tras una misteriosa parte en que está el tambor solo se llega a un trío que comienza siendo dulce pero termina haciéndose más inquietante .
Cuando termina el desarrollo de la melodía, Bedmar lleva a su obra por una especie de fuga con protagonismo de los metales graves que termina en la reexposicion, más brillante del trío, aunque sin olvidar partes muy innovadoras.
4
«Dolor» (1975)
De entre las muchas marchas que la banda de música María Santísima de la Esperanza ha rescatado durante su trayectoria y ha interpretado en público está «Dolor» , escrita por Luis Bedmar en 1975 en memoria de Reginaldo Barberá , un músico valenciano afincado en Córdoba que había muerto en 1972.
«Dolor» es una marcha fúnebre en que su autor no duda en mostrar la tristeza utilizando elegantes disonancias y con una melodía en que muchas veces son las notas agudas de las maderas , otras veces brillantes, las que sirven para acentuar lo fúnebre.
Su sección central es decididamente contemporánea, con notas largas de los metales graves que dan paso a llamadas de carácter muy trágico y nuevas disonancias, que dan paso a un trío a veces dulce y a veces sorprendente.
5
«Cristo de la Salud» (1997)
En la década de 1990 Luis Bedmar era un músico plenamente experimentado y podía hacer marchas tan innovadoras como « Cristo de la Salud» , dedicada a la imagen del Cristo de las Penas de Montoro . Por eso tiene partes fugadas al principio y luego fanfarrias de trompetas que recuerdan a las turbas romanas.
El trío tiene un aire algo más rítmico , como no era raro en la época en que se escribió la marcha, pero pronto retoma el eco de los metales, y con cadencias que parecen guiños a otros géneros de la música.
6
«Cristo de las Penas» (2001)
Nueve minutos dura la música que escribió, en forma de marcha procesional, Luis Bedmar para e l Cristo de las Penas de Montoro , porque la obra también se dedica a la memoria de Manuel Aguilar . No hay concesiones en una marcha que avanza con una melodía muy fúnebre sólo rota por los metales, y que gana volumen conforme avanza, pero sin abandonar nunca el dolor.
Se hace más trágica en la sección central, en que la melodía principal varía, pero siempre sin abandonar el tono de patetismo. El trío, con un característico redoble del tambor , avanza con lentitud y solemnidad y busca un final algo más esperanzado.
7
«Candelaria de la Axerquía» (2009)
Bien entrado el siglo XXI, Luis Bedmar superó el desafío de hacer una marcha de carácter brillante y hasta con resonancias de la música andaluza. La tituló «Candelaria de la Axerquía» , para la titular mariana de la hermandad del Huerto de Córdoba, y resumió su estilo en la calle.
Comienza con las maderas exponiendo un tema muy castizo a base de escalas, que luego se enriquece con los metales y muestra la elegante alegría de la cofradía en la calle. Luego la obra se resume en elegancia y clasicismo en un tema que se interrumpe por la melodía más andaluza. De ahí al trío, de una dulzura y serenidad que no tardan en verse sorprendidas por el tema inicial para volver luego a este mismo clima.
8
«Macarena sevillana» (2009)
Con tanta experiencia a sus espaldas, no había escrito Bedmar una marcha que incorporase cornetas hasta «Macarena sevillana» , estrenada ante la venerada imagen mariana en 2009. No renunció el músico a sus principios y propuso una obra más solemne que festiva.
La música de aire andaluz está presente al principio junto a las cornetas de una forma muy contenida, al modo (sin inspirarse) de la obra de Cebrián para la imagen sevillana. La melodía principal es larga e inspirada, pero solemne y da paso a fanfarrias de los metales muy llamativas en que las cornetas hacen un papel muy innovador con respecto al que suelen tener en las bandas de música.
El trío se expone también con melancolía y elegancia hasta que los metales vuelven a irrumpir con el acompañamiento de las cornetas, que sigue llamando la atención por la originalidad. La marcha termina en un clima otra vez solemne, pero con las cornetas. Tiene una versión para órgano y coro, con letra de Manuel Gahete.
9
«Himno a la Virgen de las Angustias» (2011)
No es propiamente una marcha, aunque está escrita en el compás binario que facilitaría hacerla en la calle, sino, como su título indica, un himno. Tiene letra del poeta Manuel Gahete y es una obra de aire contemporáneo, que comienza con tonos trágicos para luego ser más solemne.
Por eso esta obra para la Virgen de las Angustias alterna el vigoroso arranque con partes más íntimas, en función de cómo el himno se va orientando a plegaria algo más íntima, para terminar de una forma muy recogida.
10
«Virgen del Carmen Coronada» (2012)
El 12 de mayo de 2012 se coronó canónicamente a Nuestra Señora del Carmen, que había reunido una gran devoción en San Cayetano, y Luis Bedmar compuso una de las marchas que celebraban el acontecimiento.
«Virgen del Carmen Coronada» es una marcha que empieza de una forma que no parece una obra para un acontecimiento tan festivo. Lo hace con disonancias que dan paso a un tema más alegre , pero igual de contemporáneo, con un ritmo muy original.
A partir de ahí la obra va tomando color, pero siempre sin perder el aire de una composición muy innovadora y siempre imprevisible, lejos de cualquier estructura mimética. Para la misma imagen, Luis Bedmar había compuesto antes un himno, de gran solemnidad.