Tribuna abierta
Don José de la Vega, la excelencia de un músico de Córdoba inolvidable
El autor, amigo personal del compositor, habla sobre su legado artístico
Estos días se cumplen diez años de tu muerte, amigo José, y, aunque el tiempo pasa, tu música gana cada día más y más prestigio, un gran legado que siempre vive en el recuerdo de quienes te conocimos y de los que admiran y conocen tu obra.
Tu gran timidez , hermosa virtud siendo tan grande, y tu personalidad independiente y discreta, alejado de las corrientes artísticas y círculos de opinión de tu época, hizo que te dedicaras de manera particular y sin grandes pretensiones a la composición , quedando, en muchas ocasiones, tu extraordinaria figura como músico y compositor relegada a un segundo plano.
Pero tus melodías únicas y maravillosas tienen sello propio, cosa que solo tienen quienes están tocados por el don de la genialidad. El conocimiento profundo que demostrabas de las corrientes compositivas históricas, desde el canto gregoriano hasta las vanguardias, que en tu etapa de madurez incluso trabajaste, han hecho que llegues a la inmortalidad por medio de tus melodías.
Hasta el final de tus días en que reivindicaste en tu música el andalucismo y españolismo que, emergentes, tomaban protagonismo en todas las notas de tus composiciones, que destacaban por unas complejas y detallistas instrumentaciones , y que, con rasgos orquestales, supiste llevar al mundo de la banda en tus particulares pasodobles y singulares, a la vez que valoradas, marchas procesionales.
Diez años después de tu muerte, maestro, tu obra sigue resucitando el inagotable caudal de emociones que despertaron la primera vez que las escuchamos… El lenguaje simbólico y la belleza descriptiva de tu música nos transportan a ese momento inmarcesible de ver subir poderosa a la Virgen de la Esperanza Macarena por la sevillanísima calle Feria a los sones de tu marcha «Pasión por Macarena»; nos devuelven al recuerdo eterno de esa revirá entre las calles Cuna y Laraña , en los últimos compases del Jueves Santo sevillano, de la bella dolorosa de los ojos verdes a la que compusiste «Valle de Sevilla» , hermosa como pocas marchas de procesión y, según los expertos, una de las mejores de la historia; nos trasladan a ese instante bello y, para este amigo que ahora te escribe, inmortal al verte recibir, emocionado y con las lágrimas saltadas, el reconocimiento y cálido aplauso de tus paisanos cordobeses a los pies de tu Reina de los Ángeles, que te recuperó para Córdoba con la entreñable y soberbia obra «Ángeles, Reina», un verdadero poema sinfónico…
Muchos aquí, a pesar de los años, te seguimos echando mucho de menos; unos porque te conocimos como persona y, los más, por dejarse sorprender y gozar por tu música y tu trayectoria. Eras como un corazón andante… un personaje peculiar y sorprendente, un hombre tímido , con un aura especial y con una fragilidad tan prodigiosa que llegaste, con tu música, a los corazones de mucha gente.
¡Ay, amigo José! No creas que íbamos a dejar pasar este aniversario sin recordarte; la idea era hacerlo como más a ti te gustaba: con música, con un concierto al aire libre en uno de esos lugares únicos que singulariza a Córdoba y que, tocado por la mano de Dios y de los ángeles, aún guarda la esencia de esta ciudad. Tu admirada banda de música de la Esperanza , a la que tanto quisiste y que en estos años se ha convertido en un auténtico referente cultural en toda Andalucía; las hermandades y cofradías cordobesas a las que compusiste y tus amigos «posadilleros» te homenajearemos, cuando este tiempo de incertidumbre e inquietud por fin pase, con una selección de tus mejores composiciones que servirá, a su vez, para mitigar ese poso tremendo que dejaste en la música clásica española y en nuestro recuerdo, y seguir haciendo visible y permanente tu figura para que, de nuevo, tu ciudad natal te abra sus brazos.
Tu música produce siempre una bella nostalgia; las melodías que salían de tu inspiración se esforzaban en trascender tus sueños… Y nada mejor para recodarte en el aniversario de tu fallecimiento que una de tus piezas más perfectas: «Bagatela» . Usar tu propia obra para rememorarte hoy es lo que más te llenaría de satisfacción, por eso escojo una de mis favoritas entre todas las de tu catálogo musical.
Una delicia de pieza en la que se puede condensar todas las características de tu obra y tu personalidad: cantábile, preciosa, buscador incesante de la belleza, clara como el agua del más puro manantial de la sierra cordobesa y tan expresiva, como capaz, de remover sentimientos y llegar a nuestras almas.
Fuiste un músico que te forjaste entre la dureza y la fragilidad ; culto, elegante, lacónico, reservado, introvertido… pero a su vez cariñoso, cercano y sencillo, que impregnaste de tu propia personalidad todas tus obras, y eso querido amigo, te otorga la eternidad. ¡Siempre en mi recuerdo, Don José!
Alfonso M. Muñoz fue hermano mayor de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Sangre y Nuestra Señora Reina de los Ángeles y amigo personal de José de la Vega.
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