ANTECEDENTES
La inoportuna lluvia de las ocasiones extraordinarias
La suspensión de la procesión de San Lorenzo o de la Esperanza, en octubre, no son casos aislados en las cofradías

En el argot «semanasantero» hay un refrán que cada vez toma más fuerza y que asegura que «para la sequía, cofradías» . Y es que, si hasta hace algunas décadas muchas imágenes procesionaban por rogativas , en muchos casos relacionadas con la falta de lluvia, ahora el agua persigue a las hermandades. Sobre todo, en las ocasiones extraordinarias, en las que la presencia del líquido elemento es aún más inoportuna.
El pasado sábado, las cofradías de San Lorenzo se veían obligadas a suspender la procesión con motivo del Año de la Misericordia debido a la lluvia. Un hecho que ya es más común de lo deseable. Sin ir más lejos, en octubre de 2015 la cofradía de la Esperanza se vio obligada a suspender su procesión extraordinaria con motivo del 75 aniversario de la hermandad por culpa del agua. La misma causa que la impediría procesionar el pasado Domingo de Ramos.
No obstante, han sido varias las ocasiones en las que la meteorología le ha jugado una mala pasada a las hermandades en momentos que estaban llamados a ser históricos. Bien saben de esto las cofradías del Martes Santo , que en 2011 ya plantearon la entrada de todas las corporaciones en la Catedral, pero que tuvieron que esperar hasta 2014 para cumplir este propósito por culpa de la lluvia.
Corría el año 2011 y en el barrio de Las Palmeras todo estaba preparado para la primera llegada a carrera oficial de la cofradía. Todo, menos la lluvia, que frustró la salida de la hermandad de la Piedad , que tuvo que esperar hasta 2012 para alcanzar los palcos de Las Tendillas. Algo similar a lo que le sucedió a la Estrella en el que iba a ser su estreno el Lunes Santo de 1996 . De esta forma, no fue hasta 1997 cuando Nuestro Padre Jesús de la Redención realizaría su primera estación de penitencia.
Con motivo del cincuentenario de la bendición de Nuestro Padre Jesús de las Penas , la imagen de la hermandad de la Esperanza presidió el Vía Crucis de las Hermandades en la Catedral en su antiguo paso de guadamecíes. Tras la aparición de la lluvia, se decidió realizar el piadoso ejercicio en el interior del templo. Posteriormente, el paso intentó volver a su sede acompañado de la banda de cornetas y tambores «San Juan Evangelista», pero la lluvia volvió a ensañarse con la cofradía de San Andrés , por lo que hubo que suspender la procesión.
Tampoco tuvo el regreso deseado a San Francisco el Señor Amarrado a la Columna en noviembre de 2003 tras su restauración. La lluvia frustró la procesión que la cofradía del Huerto había preparado desde la Catedral con el paso de las Penas de Santiago y la participación de la banda Amueci.
Desafiando las nubes
Éstos son algunos de los casos en los que la lluvia ha evitado salidas y momentos históricos en las cofradías cordobesas, pero no han sido pocas las ocasiones en las que, aunque no lo ha impedido, sí las ha dificultado. Entre ellas, la salida extraordinaria de San Rafael en 2012, marcada por la inestabilidad. De hecho, a la entrada del Custodio comenzaron a caer las primeras gotas.
La Reina de los Mártires también tuvo que sortear el agua en su salida hacia San Pedro en 2005, al igual que la Virgen de la Concepción en la procesión de 2004 con motivo del 150 aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada . Tampoco se han librado las coronaciones de la lluvia. De esta forma, el 31 de octubre de 1993, el techo de palio de la Virgen del Rosario tuvo que portar plásticos y el 11 de octubre de 1987, la lluvia sorprendía a la Virgen de las Angustias al volver de su coronación canónica.