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Ingeniería para las cofradías: el pollero creado en Córdoba que puede mejorar la estética de los mantos

El cofrade Fernando Morillo-Velarde estudia mediante maquetas la mejor disposición para que la estructura se adapte al diseño

Maqueta del pollero con el diseño del manto de la Virgen de los Ángeles de los Negritos ABC
Luis Miranda

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El empeño en estos días de Fernando Morillo-Velarde , un veterano cofrade que ha servido en muchos lugares de las hermandades, desde el costal y el martillo hasta la corneta , la candelería y los altares de cultos , tiene algo de quijotesco, pero no desfallece. Siempre le han dicho que su perfil es de un cofrade técnico, pero prefiere decir que llega a la estética a través de la técnica. Ahora su empeño son los polleros , es decir, las estructuras internas sobre las que se colocan los mantos de las imágenes de la Virgen, y para los que ha desarrollado un sistema que está ofreciendo a las cofradías de Andalucía.

El hallazgo de Fernando Morillo-Velarde, Cofrade Ejemplar de 2020, fue el Pollero Articulado Regulable (PAR) y ahora ha creado además una maqueta con la que trabaja para buscar soluciones para mantos que, a su juicio, mejorarían si tuvieran una disposición distinta sobre el paso de palio, de forma que se ajustaran mejor a su estética. La maqueta es una solución para uno de los problemas fundamentales a la hora de trabajar con un manto: el tamaño.

Lo más normal es que este tipo de piezas midan 5 metros o 4,5 . Son muy complicados de manejar si se les une el peso del bordado, que no deja de ser hilo metálico. « Trabajar a escala es como si hiciéramos una prueba real», cuenta. La suya es 1:10 gracias a los dibujos a la misma escala que le facilita el diseñador cordobés Rafael de Rueda a partir de fotografías de los mantos. «Puede variar algunos centímetros, pero el grueso de la composición lo tienes resuelto», dice.

Propuesta de colocación del manto de la Virgen de los Ángeles en la maqueta ABC

La maqueta le permite hacer un estudio, con las facilidades que eso implica, y mejorar su idea del pollero movible, del que insiste en defender que tiene capacidad para adaptarse a las necesidades y características de cada pieza. Por eso cuando publicó en la red social Facebook su propuesta para un manto sevillano, el de la Virgen de los Ángeles de la cofradía de los Negritos, muchos pensaron que parecía que «el pollero estaba hecho para el manto».

Para eso tiene la explicación. Un pollero es una estructura metálica con varas o tirantas que arrancan desde la cabeza de la Virgen y caen hacia la trasera del paso, y esta propuesta se adapta a cada uno. ¿Cómo se hace? Moviendo las tirantas , y eso es mucho más sencillo con la maqueta a 1:10. No es instantáneo: tienen mucho estudio hasta ver qué disposición se adapta mejor al dibujo.

Su idea choca con una realidad en las cofradías: «El concepto del pollero no está olvidado, sino directamente arrinconado en las cofradía, y no hay evolución». Todos se hacían iguales para todos los mantos , pero cada uno es diferente.

Por eso estudia ahora algunos de los que pueden plantear más problemas a un pollero convencional por la personalidad de sus diseños, y se detiene en otra obra cimera de la Semana Santa de Sevilla: el de la Virgen de la Merced de la cofradía de Pasión.

Maqueta y diseño del manto de la Virgen de la Merced de Pasión de Sevilla ABC

Es un manto de cinco metros de boca por otros cinco de largo, con forma de capa, y se tiene que fruncir para entrar en el palio. Su propuesta interviene también en la mesa del paso al quitar parte de la viga final y de la tablazón. Eso hace que el manto caiga de forma más vertical, y que por lo tanto aumente la longitud de la extensión de la pieza bordada. Entre 25 y 30 centímetros , insiste, para explicar que su concepto se basa en la disposición de las Vírgenes de gloria, con peanas muy altas y mantos cortos.

Sus ideas son el producto de mucha observación y de buscar soluciones. Cuando hacía un estudio de una maqueta para un manto de Málaga obtuvo la idea de las tirantas articuladas . En esta ciudad los mantos la parte final del pollero se llama 'alzacola', porque la pieza no cae al suelo, sino sobre las cabezas de los hombres de trono. «Sólo lo había previsto si había que doblar la cola del manto, pero como los mantos de Málaga tienen caída en forma parabólica, hice tramos cortos , para que tengan la forma curva que quieras», relata.

Por eso su proyecto de ingeniería se va adaptando y hasta ofrece una novedad, que es más bien un retorno: cree que es mejor que las tirantas sean de madera, como se hacía hasta hace unas décadas, y no metálicas, que es lo corriente ahora.

La idea de Fernando Morillo-Velarde se recibió en la Macarena , y su pollero llevó sobre sí los tres mantos de la Virgen de la Esperanza , pero en los últimos tiempos también se ha sustituido por otro, aunque conservando aportaciones. Es una opción que ofrece mejores resultados estéticos, defiende su creador, pero también necesita más trabajo y esfuerzo , y no todas las cofradías están dispuestas. El trabajo puede durar dos o tres veces más que con los polleros actuales, pero también la mejora es significativa.

Manto de la Viergen de la Merced dispuesto sobre la maqueta ABC

La última que se ha puesto en contacto con él, desde Sevilla, es la de Montserrat . La Virgen lleva un manto que responde a lo que el pollero puede dar como solución. «Como tiene las tirantas rectas y paralelas en el centro, con este pollero, que tiene perfil de campana, respeta la zona central donde están leones, castillos y cruces», dice. La maqueta permite probarlo a escala con fidelidad.

Como el cofrade define, la solución actual es «demasiado monolítica» para un tema que admite muchas interpretaciones y variadas soluciones, que permiten que la disposición estética de unas piezas como los mantos sea lo mejor posible.

Otra cosa que ha conseguido es un sistema para fijar el manto al pollero. Normalmente se deja caer, y en las levantás se eleva y se desconfigura del todo. ¿Cómo se puede sujetar? Con un sistema que también se utilizó en la Macarena: alfileres de macasar . Es un alfiler en forma de U , con dos puntas muy largas, que atraviesan el bordado. Después, ya en el envés del terciopelo , las puntas se retuercen y se hacen como una argolla que fija la pieza. No hace daño al bordado.

Se colocaa en las zonas valle del manto , y se sujetaría con bridas de alambre al pollero o a la tablazón. La tensión hace que no se mueva ni pierda la buena colocación. «En la Macarena les pareció bien porque dijeron que ese sistema de doble alfiler es el que llevan las mariquillas», aporta.

¿Interesa buscar soluciones y que luego las cofradías sean escépticas con esta solución? Fernando Morillo-Velarde recuerda que ha heredado el espíritu de Fray Ricardo de Córdoba de ofrecerse, pero recuerda que igual que las candelerías varían, también puede suceder eso con los mantos.

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