Pasión en Córdoba
Histórica procesión de la Divina Pastora de Capuchinos por las calles de Córdoba tras el parón de la pandemia
La imagen sale en su paso llevado por costaleros en una pletórica jornada con música de la Esperanza
Tarde para la historia: la Divina Pastora de las Almas inicia su elegante y sereno andar a las ocho menos cuarto de la tarde desde la nave de Capuchinos hacia la calle Torres Cabrera. El público, sediento de procesiones , se sitúa en la emblemática plaza entre aplausos y vivas a la Virgen.
Todos ellos han sido testigos de este momento para el recuerdo en Córdoba, por ser la primera procesión tras un año y ocho meses sin ellas por culpa de la pandemia de coronavirus. La plaza lucía engalanada con colgaduras y banderolas.
Claveles blancos y nardos adornan su paso de siempre, en una jornada de temperaturas plenamente estivales. La Virgen, con su saya roja y manto azul, y el Buen Pastor pisan un tapiz de flores variadas, como es clásico en esta devoción capuchina.
El sonido de los pasos de los costaleros y la voz de su capataz, David Arce hacen pensar que este eterno paréntesis retoma la normalidad como si ayer mismo hubiesen podido hacer su último ensayo. La música de la banda de la Esperanza suena al fin acompañando a una imagen en movimiento por las calles entre nubes de incienso.
El alcalde de Córdoba, José María Bellido , ha efectuado la primera levantá y ha participado en la procesión. Las dos cuadrillas de costaleros (todos vacunados y sometidos a un test previo) ponen lo mejor de sí mismos a los órdenes de David Arce para llevar a la Divina Pastora.
Estrenos
La Virgen luce de estreno pendientes de oro con incrustaciones de coral rojo donados por una hermana. En esta ocasión en el risco luce de forma distinta porque en sus sienes lleva la corona de Reina y el sombrero lo porta por la espalda.
Las mascarillas obligadas de los asistentes disimulan, pero no del todo, las lágrimas, las sonrisas, la euforia y las oraciones. El almendro trasero fue una de las novedades de la procesión.
El cortejo observa las medidas de seguridad en vigor, aun en el nivel 1: protección y distancia. Pisa las calles de San Álvaro, Cruz Conde. También el público se muestra respetuoso con las normas y, aun con cierta bulla , se intenta autorregular la distancia.
Hasta el pasado jueves 16, lo previsto era utilizar las andas de la Virgen de los Dolores de Castil de Campo , cedidas por esa hermandad para la ocasión. A raíz de la aprobación municipal ese mismo día de los pasos con costaleros, el Redil Eucarístico de la Divina Pastora no dudó en cambiar para regalar a la ciudad una estampa como las de antes de la era covid.
Gran petalada
La banda de música María Santísima de la Esperanza de Córdoba puso las marchas a este sueño de miles de cofrades de la ciudad y sus integrantes, también se muestran pletóricos por volver a tocar a la Divina Pastora en las calles. 'El cielo de Capuchinos, de Espinosa de los Monteros, dedicada a Fray Ricardo; y 'Paz y Esperanza' han abierto el programa.
La formación, que acompaña a esta imagen desde la recuperación de la procesión en 2017, armoniza un repertorio clásico, de marchas cordobesas, clásicas y propias. En todo momento, también los músicos han tenido que cumplir la normativa específica que rige para las bandas.
Una gran petalada en Torres Cabrera, por la Taberna Góngora, ha honrado a la Virgen y al Buen Pastor a su paso, y las voces de los niños dante el colegio de la Divina Pastora. Finalmente, San Zoilo, muy estrecho, sí se ha atravesado durante el desfile procesional.
De allí el cortejo encara uno de los lugares siempre preferidos por el público: la plaza de Colón y l os jardines de la Merced en los que recrearse hasta regresar a Capuchinos a través de la calle Conde de Torres Cabrera, con entrada antes de la medianoche.
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