HISTORIA

La hermandad del Císter y sus recuerdos del convento

La Sangre nació y creció junto a las monjas de esta orden hasta su traslado a Capuchinos

Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en el convento del Císter ARCHIVO

R. C. M.

La noticia de la salida de las últimas monjas del convento del Císter ha hecho que los nostálgicos echen la vista atrás y recuerden los inicios de la hermandad de la Sangre en este espacio. Uso comienzos que se revivieron el pasado mes de diciembre con la visita de la imagen de Nuestra Señora Reina de los Ángeles al convento con motivo del 40 aniversario de la fundación de la cofradía del Martes Santo .

Corrían los años 70 y un grupo de jóvenes del colegio La Salle se unieron para dar vida a una nueva hermandad. «En un principio consultamos con las monjas la posibilidad de que la hermandad se estableciera allí, y aceptaron que se fundara y residiera a llí . A partir de esa fecha estuvimos en este lugar aproximadamente unos 20 años», recuerda Fernando Morillo-Velarde , promotor de la cofradía.

En cuanto a la convivencia con la orden, el que fuera pregonero de la Semana Santa de Córdoba explica que «la vida dentro del templo y la relación con las monjas era buena». En este sentido, apunta que «en aquella época había bastantes monjas, del orden de unas veintitantas, y la relación siempre fue muy amable, afable y cariñosa, tanto de parte de ellas hacia la hermandad como de la hermandad a ellas».

Sobre los motivos de la marcha a Capuchinos , el cofrade explica que «surgió una normativa en la cual las monjas para hacer sus rezos habituales tenían que salir a la iglesia y se rompía la clausur a, por lo que el coro lo pusieron justamente en lo que es el crucero de la iglesia, y como la iglesia es tan pequeña, la parte en la que podíamos estar, que iba desde el crucero hacia detrás, era una nave muy pequeña».

No obstante, a pesar de la salida de las últimas monjas, la intención de la hermandad de la Sangre es seguir vinculados con la orden que los vio nacer. «Desde siempre hemos atendido a la comunidad de las hermanas cistercienses y seguiremos atendiéndolas allí donde estén », confirma el actual hermano mayor, Carlos María Olivares. Un compromiso que se reafirmó el la últim a celebración de la Inmaculada Concepción , en la que la Reina de los Ángeles visitó la que fue su casa.

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