PASIÓN EN CÓRDOBA

Una fusión de contrastes con la Virgen del Tránsito

Con el acompañamiento de Tubamirum, el barrio de San Basilio vive la salida procesional de la imagen yacente

Procesión de la Virgen del Tránsito V. Merino

Fernando López

Hacía calor, como casi 15 quince de agosto y como dice la lógica que debe ser el día en Córdoba. Los feligreses fueron haciéndose masa entorno a las puertas de San Basilio conforme iba apaciguando la tarde y el aire parecía que empezaba a enmendar el agobio de la tarde. Allí esperaron con la ilusión y el fervor lógico que recorre el cuerpo del creyente un día marcado en el calendario litúrgico, pero también en el cofrade. La salida del excelso paso de la Virgen del Tránsito no debía hacerse mucho de rogar y debía poner el culmen a todo un día repleto de actos alrededor de la Asunción de la Virgen María. La Virgen de Acá estaba ante su día más grande.

Los cordobeses respondieron a la llamada y figuraron en las puertas del templo esperando ver salir a la madre de Dios. La imponente imagen de la Virgen yacente sobre su paso apareció entre la bruma provocada por el incienso que hizo que los pensamientos fuesen únicos y exclusivos para el recogimiento personal.

Con una puntualidad inexacta, los hermanos costaleros que portaban a la imagen comenzaron su caminar por el recorrido preestablecido. A ritmo, sin adorno , con la categoría que requería el momento, siendo conscientes de la solemnidad que conlleva portar a la madre de Dios yacente ante la fija mirada de los allí presentes. El cortejo cogió camino hasta la Santa Iglesia Catedral . La estampa de la Virgen del Tránsito acercándose al templo mayor de la Diócesis es ya historia del verano cofrade cordobés además de un momento especial para todos los que forman el cortejo y trabajan por la hermandad durante los 365 días del año.

Desde allí partirá nuevamente para su barrio y para su casa. Este año, se modifica brevemente el recorrido. La salida de la Mezquita se hace por la puerta de Santa Catalina , para enfilar el camino por Caño Quebrado.

El cortejo se mantiene firme, abriendo paso al altar itinerante que aportaba a la talla anónima titular de la hermandad. Los sones de la banda de música de cuerpo completo de Tubamirum de Cañete de las Torres , una interpretación perfecta que viene haciendo conjunción con la Virgen de Acá desde hace quince años, continúan vivas mientras el día se va apagando con la Virgen en la calle. Los últimos rayos del sol dejan paso al reflejo de la luna llena, que en su máxima expresión observa el regreso a casa de la Virgen de Acá.

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