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El eterno encuentro con Jesús Nazareno en Aguilar
La imagen procesionó de forma extraordinaria por la localidad para conmemorar el 425 aniversario de la fundación de su hermandad
El corazón de los aguilarenses latió ayer tras los pasos de Jesús Nazareno como si de un inesperado Viernes Santo se tratara. Y es que el Señor de Aguilar recorrió las calles de la ciudad para conmemorar el 425 aniversario de la fundación de su hermandad.
A las cinco en punto de la tarde se abrían las puertas de la parroquia del Soterraño para dar paso a una larguísima comitiva compuesta por representantes de hermandades y cofradías tanto de la localidad como de otros municipios.
Con la luz de la tarde, Jesús Nazareno atravesó el dintel de la portada de San Antón sobre su trono de Semana Santa y vestido con la túnica barroca del siglo XVIII. Los sones de su Centuria Romana anunciaban que la devoción más grande de los aguilarenses ya estaba pisando sus calles.
Había muchas ganas de verlo. No hay que olvidar que el pasado Viernes Santo la lluvia impidió su salida y, por este motivo, miles de personas aguardaban al Señor en cada esquina y en cada calle. Colgaduras y adornos llenaron durante toda la jornada de color rojo y morado los balcones del largo itinerario.
El recorrido incluyó por primera vez en la historia el entorno de la Torre del Reloj y la calle Silera para entrar en la plaza Octogonal cuando ya tarde había dejado paso a una noche de tintes morados. En la propia plaza octogonal se ofició una eucaristía en la que participaron tanto los sacerdotes actuales de Aguilar como otros que han pasado a lo largo de los años por las distintas parroquias, que se sumaron a esta festividad.
Momentos esperados
Uno de los momentos más esperados de la noche se produjo justo al finalizar la misa. El Señor de Aguilar impartió la bendición a todas las personas que abarrotaban el emblemático monumento.
Desde la plaza la comitiva continuó por Martires de Poley hacia la barriada del Carmen . Por estas calles Jesús no pasaba desde hacía 25 años. Por eso el júbilo era patente en los rostros de todos sus vecinos.
La efeméride sirvió también para mostrar la solidaridad de la cofradía nazarena con todos los enfermos de cáncer que, desde ahora, estarán simbolizados en una nueva corona plateada que se ha realizado para el Señor.
En torno a las dos de la madrugada Jesús Nazareno enfilaba la cuesta que lleva su nombre hacia la parroquia del Soterraño. Tras de sí miles de plegarias y oraciones que, una vez más y como hace 425 años, ha sabido recoger. Una nueva página de la historia que se guardará en los corazones de todos los aguilarenses.
