La Cuaresma en ABC
Las claves psicológicas del misterio de la Sagrada Cena de Córdoba, que cumple 25 años
Miguel Ángel González Jurado rememora su concepción de los doce apóstoles y cómo perfiló sus gestos, miradas y posiciones
![El paso de misterio de la Sagrada Cena, en el que se aprecia la variedad de las figuras](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2021/03/25/s/aniversario-santa-cena1-kvm--1248x698@abc.jpg)
Un cuarto de siglo puede ser mucho tiempo a la hora de recordar cómo se trabajó. Miguel Ángel González Jurado, creador del Señor de la Fe (1993), de los doce apóstoles que lo acompañan (1996), y más tardíamente de la Virgen de la Esperanza del Valle (2001), reconoce que esos días de hace 25 años quedan ya tan lejanos como la prehistoria.
Cree que no recordará los pormenores de cómo los hizo , pero, aunque se encuentra inmerso en el trabajo en su taller de la plaza del Socorro, es capaz de mirar atrás con buena memoria. El misterio de los doce apóstoles de la Sagrada Cena quedó concluido en 1996 y ese mismo año ya procesionó.
La talla de las doce figuras que acompañan a Jesucristo en el momento en que instituye la eucaristía le llevó un año y medio de trabajo. Antes ya había concebido las figuras del misterio de la cofradía de la Sentencia .
«Una santa cena es complicada porque son doce psicologías diferentes. Y un artista es como el cantautor que siempre hace el mismo tema, con variaciones . Tu cerebro te marca una forma de trabajar y es muy difícil salirte de esa zona de confort», reconoce. «En un año tienes que crear doce personajes completamente diferentes y es muy difícil: tienes que tener mucho autocontrol de no salirte de tu estilo y estrujar la creatividad, pero al final lo haces».
![Los doce apóstoles con el Señor de la Fe, en la capilla de la Sagrada Cena](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2021/03/25/s/aniversario-santa-cena2-U212165715946pbE--510x349@abc.jpg)
Algunos permanecen de pie , como el Señor de la Fe,y otros sentados, todos con gran gestualidad en las miradas y las manos, parecen conversar entre ellos. Judas está medio levantándose. Es así porque González Jurado optó por situarlos en grupos y creando comunicación como algo dinámico.
Tenía que representar «la última ocasión en que se reúne Cristo con los discípulos y comparte el pan y el vino. Es el momento antes de su muerte y es muy especial», explica González Jurado. La duda estaba en si situarlos a todos en plan contemplativo o adentrarse en una composición más teatral y en movimiento , que fue por lo que se decantó.
Como teatro en la calle
Al ser una obra para exponerse «es como un teatro en la calle», a su juicio, porque tiene sus códigos con el movimiento. «La quietud es más difícil de entender, es más reflexiva, me gusta mucho, pero comunica menos, es más antipática», indica.
Él volvió la vista a la pintura , curiosamente, no a la escultura, que ya conocía bien: revisó las santas cenas pictóricas desde la época bizantina hasta Fra Angelico, Roselli, obras barrocas, el cenáculo de Leonardo y hasta obras contemporáneas.
Para recrear la escena González Jurado imaginó que debió de ser «un momento terrible para todos ellos, de gran inquietud por lo que se veía venir»
Y llegó a la conclusión de que los iba a representar en grupos imaginando que «sería un momento terrible para todos ellos, de gran inquietud por lo que se veía venir y yo intento crear esa atmósfera que existiría alrededor de Cristo».
Trató a todos igual porque tenía claro que tenían que ser « santos , de cabezas nobles, de alguna belleza ruda, piezas serenas, muy clásicas (mi estilo), de cierto grado de belleza y que transmitieran nobleza ». Otros, «por eso de buscar, son más arriesgados», reconoce el escultor.
En este punto de la conversación, confiesa González Jurado que «lo peor del arte de la imaginería es tener que trabajar por encargos y con plazo. Soy muy perfeccionista y me cuesta trabajo cumplir los plazos. Las cofradías deberían entender que en arte los plazos deben ser relativos. La obra en sí debe ser lo fundamental, es el artista el que está empeñado en dar lo mejor, en dar una obra de primera».
![El paso de la Cena en 2018, con Judas Iscariote sentado a la derecha](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2021/03/25/s/aniversario-santa-cena-kvm--510x349@abc.jpg)
¿Y cómo plasmaba esa psicología de cada apóstol? «Hay recursos: es como en el cine, si quieres representar edad, le quitas todo el pelo de delante. A más edad, más arrugas, más bolsas, más ojeras. A más belleza, más profundidad de ojos y más perfil griego, casi una línea recta de perfil con la fotogenia de actores como Marlon Brando o Paul Newman».
El pelo más moreno da juventud; las formas de las barbas dan juego también. Con el pelo puedes expresar fuerza o debilidad . «La premisa en mi obra es la belleza », asegura y como principal apóstol en torno a Cristo se aprecia la belleza de San Juan (que fue más próximo a la Virgen y a Cristo): es «varonil, pero al mismo tiempo delicado y joven». Y San Pedro , más rudo, como pescador y hombre de campo.
El gesto de la traición
Judas Iscariote aparece siempre en una esquina, como yéndose, con la bolsa de las 30 monedas de plata en la mano con las que va a vender al Señor. En él el escultor buscó «ese gesto contrariado de traidor, exagerando un poco los rasgos sin caer en lo grotesco. Con los ojos crispados para dar a entender en la escenografía quién era el personaje», rememora González Jurado.
Ver a Judas sobre el paso procesional o en la capilla de la Cena en la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba, incluso para un niño, supone captar enseguida a un hombre «con gesto inquieto, muy movido, cargado de nerviosismo y apartado de la escena para indicar que es él», en palabras de su escultor.
Maquetas
Preguntado por si le condicionó el hecho de que los apóstoles sean figuras vestidas , explica que no: «Hicimos unas maquetas y nos atuvimos a ese movimiento. Luego quitamos peso de donde pudimos, sobre todo, de las piernas: pusimos materiales modernos que no pesan. Donde pudimos fuimos escatimando kilos. Si se hubiera construido macizo, hubiera sido muy difícil de llevar. No me condicionó, simplemente es otro tipo de arquitectura interior».
La utilización de aramidas (unas fibras sintéticas muy resistentes), de espumas que se expanden, tablillas y telas orgánicas le permitió «ahorrar un 70% de peso». Las manos, las cabezas y el pecho son de madera maciza de cedro real o cedro del Canadá porque no hay que olvidar su carácter devocional.
En su trabajo de documentación leyó extractos de los Evangelios que amigos sacerdotes le pasaban y mantuvo conversaciones con ellos para preguntarles y compartir su visión teológica . Con sus opiniones González Jurado fraguó también el carácter del resto del apostolado y así fueron cobrando vida Andrés, Santiago, Judas Tadeo, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Santiago y Simón.
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