Pasión en Córdoba

El discurso que llevó a la Catedral de Córdoba a la Virgen de los Dolores e indignó a Jesús Nazareno

El debate constituyente de 1869 sobre la libertad de cultos enardeció a las hermandades

Nuestra Señora de los Dolores, en la Catedral en mayo de 2015 Roldán Serrao
Julia García Higueras

Julia García Higueras

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«Somos los hijos del Cid y de Pelayo. De Guzmán, de Colón y de Gonzalo, la s glorias de España son las glorias de nuestras propias familias y escupe a nuestra Nación y a nuestra raza quien insulta y escarnece al Dios de nuestros abuelos».

Hasta bien entrado el siglo XIX no era corriente que las cofradías se manifestasen sobre asuntos políticos, pero en 1869 la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Córdoba alzó la voz para terciar sobre lo que sucedía con la Constitución que se estaba elaborando.

La cofradía, que desde el siglo XVII había estado en manos de nobles, publicó en la prensa de la época un escrito de tono muy duro contra lo que consideraba «insultos» a la religión católica . Lo encontró el historiador Juan Aranda Doncel y ha publicado en sus obras sobre la Semana Santa de Córdoba.

¿Qué sucedió? En el año 1869 acababa de triunfar la Revolución Gloriosa , que destronó a Isabel II , y España buscaba los cimientos legales para otro régimen político. En las Cortes Constituyentes se debatía el artículo 21, que declaraba la libertad de cultos , o, lo que es lo mismo, la posibilidad de practiar una religión distinta a la católica.

El político Emilio Castelar, pintado por Joaquín Sorolla ABC

No era la primera vez, porque la de 1856 ya lo había escrito, aunque nunca se llegó a aplicar. En los debates sobresalían dos figuras: la del republicano Emilio Castelar , ya un brillante orador de 36 años, y la del sacerdote vitoriano Vicente Manterola , de ideología carlista y tradicionalista .

El debate más sonado, y el que provocó la reacción de las cofradías de Córdoba, fue el del 12 de abril de aquel año, que comenzó con una dura intervención del sacerdote, en la que acusó al político gaditano de « no ser lo bastante católico , y el pueblo español es lo más católico del mundo».

Si Manterola acusó a Castelar de «no ser lo bastante católico», el político republicano replicó que creía en «la misericordia divina»

La reacción de Castelar pasó a la historia de la retórica parlamentaria española: « Grande es Dios en el Sinaí ; el trueno le precede, el rayo le acompaña, la luz le envuelve, la tierra tiembla, los montes se desgajan; pero hay un Dios más grande, más grande todavía, que no es el majestuoso Dios del Sinaí, sino el humilde Dios del Calvario, clavado en una cruz , herido, yerto, coronado de espinas, con la hiel en los labios y sin embargo diciendo: «¡Padre mío, perdónales, perdona a mis verdugos, perdona a mis perseguidores, porque no saben lo que hacen!. Grande es la religión del poder, pero más grande es la religión del amor».

Es decir, apeló a Jesús para defender el texto que consagraba la libertad religiosa , y volvió sobre ello: «En nombre del Evangelio, vengo aquí a pediros que escribáis al frente de vuestro código fundamental la libertad religiosa, es decir, libertad, fraternidad, igualdad para todos los hombres».

«Yo soy más cristiano que todo eso, yo creo en la justicia y en la misericordia divina », afirmó entonces Emilio Castelar, en un discurso que se puede conocer completo en este enlace .

Las cofradías de Córdoba no compartieron su opinión. Jesús Nazareno, que había salido por última vez esa misma década, recibió la intervención parlamentaria «con profunda vergüenza y mal reprimida indignación» y la calificó de «insultos». Muchos de los nobles eran descendientes, ya para entonces lejanos, de quienes habían participado en la Reconquista .

«En bien de la patria podemos prescindir de toda cuestión política y someter nuestras propias convicciones al criterio del poder constituido; en aras de la paz podríamos aceptar en silencio el sacrificio de nuestra hacienda y nuestra vida; pero jamás consentiremos el sacrificio de nuestra honra», decía el texto.

Tras la invocación a los héroes del pasado, se lamenta de que «un herege [sic] o un impío se mofe de un gan pueblo» y convoca una función de desagravio a Jesús Nazareno y a la Virgen María «por las impiedades y blasfemias de que había sido objeto en el Parlamento español».

Hubo una función de desagravio en San Agustín y otra en la Catedral de Córdoba

La misa se celebró en la iglesia de San Agustín , entonces sin comunidad religiosa, pero mucho más amplia que la de Jesús Nazareno, que además estaba en obras entonces, según explica Juan Aranda Doncel.

Jesús Nazareno, en la Catedral en el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías en 2021 Valerio Merino

Otra hermandad, la de Nuestra Señora de los Dolores , fue mucho más allá y hasta llevó a su imagen a la Catedral de Córdoba para una función de desagravio. La Virgen fue el 22 de mayo hasta el primer templo para la misa, que se celebró en la mañana del 23, y a la que se invitó a Jesús Nazareno.

Al término, la congregación servita regresó a San Jacinto con la Virgen y, como recoge Juan Aranda Doncel, se emplearon 24 reales para actuar en las andas de la Virgen y para «los hombres que la condujeron» en las procesiones de ida y vuelta . Fue uno de los primeros, pero no el último de los encontronazos con el poder político.

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