MÚSICA

Los diez grandes patrimonios musicales de las cofradías de Córdoba

Las hermandades de la ciudad atesoran un repertorio de marchas procesionales de gran calidad, algunas de ellas desconocidas para el gran público

La Reina de los Mártires durante su procesión ARCHIVO

R. C. M.

1

La Esperanza, de José de la Vega ABC

Hermandad de la Esperanza

La hermandad de la Esperanza es la cofradía de la ciudad que atesora un mayor número de piezas musicales dedicadas a la misma. El motivo de este hecho puede encontrarse en la Banda de Música de María Santísima de la Esperanza, que pertenece a la corporación de San Andrés.

Entre las marchas más destacadas de su repertorio encontramos obras de autores de reconocido prestigio como «Nuestra Señora de la Esperanza» , de Luis Bedmar (1959), «La Esperanza» , de José de la Vega (2008) o «María Santísima de la Esperanza» , de Pedro Morales (2008). De las marchas de autores más noveles, aunque también de gran calidad, encontramos piezas como «Spes Nostra Salve» , de Alfonso Lozano (2010), «Esperanza y Dulzura» , de Francisco Jesús Flores Matute (2012) y «He ahí la Esperanza» , de Rafael Wals (2015).

2

Salve Regina Martyum, de Pedro Gámez Laserna ABC

Hermandad de la Buena Muerte

A pesar de tratarse de una cofradía de las denominadas de «silencio» , y contar con tan sólo dos composiciones dedicadas a la misma, la hermandad de la Buena Muerte es una corporación que reúne piezas musicales de extremada calidad .

Marchas procesionales como «Saeta Cordobesa» (1949) y «Salve Regina Martyrum» (1952), obras del reconocido y recordado compositor Pedro Gámez Laserna, ejemplifican la gran importancia de estas obras musicales de gran prestigio.

3

Virgen de las Angustías, de Enrique Báez ABC

Hermandad de las Angustias

Hablar de la hermandad de las Angustias es hacerlo de una de las cofradías de mayor patrimonio artístico de la ciudad. En lo relacionado con la música cofrade no es menos, ya que la corporación de San Agustín cuenta con piezas musicales de gran calidad .

La marcha procesional más conocida de esta cofradía es «Virgen de las Angustias» , de Enrique Báez (1952). También destacan otras obras como «Angustiarum plena» , de Antonio Moreno Pozo (2010), «Himno a la Virgen de las Angustias» , de Luis Bedmar (2011) o «El último abrazo de la Madre» , de José Ramón Rico (2014).

4

Ángeles del Císter, de Pedro Gámez Laserna ABC

Hermandad del Císter

A pesar de su juventud, la hermandad del Císter es una de las cofradías de la ciudad que cuenta con un mayor repertorio de marchas procesionales dedicadas a sus titulares. Además estas obras se caracterizan por ser piezas de una gran calidad musical .

Composiciones como «Ángeles del Cister» , de Pedro Gámez Laserna (1979), «Ángeles, Reina» (2007) y «Gloria Cisterciense» (2008), de José de la Vega o «La Sangre y la Gloria» , de Alfonso Lozano (2009) son prueba de ello.

5

Lágrimas y Desamparo, de Francisco Melguizo ABC

Hermandad de la Misericordia

La hermandad de la Misericordia es una de las hermandades que más ha puesto en valor su patrimonio musical en los últimos años. Prueba de ello es la recuperación en 2013 de la capilla musical de la cofradía.

En lo que respecta a marchas procesionales, la corporación de San Pedro cuenta con dos composiciones de gran calidad. «Misericordia, Señor» , de Dámaso Torres García (1949) y «Lágrimas y Desamparo» , de Francisco Melguizo (1950). Ambas son marchas que no suelen faltar en el repertorio musical de las hermandades de Córdoba.

6

Paloma de Capuchinos, de Francisco Melguizo ABC

Hermandad de la Paz

La hermandad de la Paz y Esperanza es una de las hermandades que goza de mayor popularidad en la ciudad. Prueba de ello son las numerosas piezas musicales que los titulares de la cofradía tienen dedicadas a ellos.

Marchas procesionales como «Paloma de Capuchinos» , de Francisco Melguizo (1951),  «A mi Reina de la Paz» , de Martín Salas (2009) o «La Paz» , de José Ramón Rico (2015), son prueba del gran repertorio musical con el que cuenta la «Paloma de capuchinos».

7

Virgen de los Dolores, de Enrique Báez ABC

Hermandad de los Dolores

La hermandad de los Dolores es otra de las cofradías de la ciudad que cuenta con un mayor número de marchas procesionales en su haber, siendo estas de una gran calidad musical.

Composiciones como «Virgen de los Dolores» , de Francisco Melguizo (1970),   «Virgen de los Dolores» (1988) y «Cristo de la Clemencia» (1990), de Enrique Báez, «Los Dolores» , de José de la Vega (2007) o «Reina de los Servitas» , de Juan Antonio Pedrosa (2009) ponen de manifiesto el gran patrimonio musical de la hermandad de la «Señora de Córdoba».

8

La Vía Sacra, de Rafael Wals ABC

Hermandad del Calvario

La hermandad del Calvario es una cofradía que reúne piezas procesionales de un gran valor musical, la mayoría de ellas de reciente creación.

Entre estas composiciones encontramos obras como «Nuestro Padre Jesús del Calvario» , de Abel Moreno (1992), «El Mayor Dolor» , de Alfonso Lozano (2007), «Gólgota» , de José de la Vega (2008) y «Fiat Voluntas tuas» , de Juan Antonio Pedrosa (2010-2011), prueba del exquisito patrimonio musical que atesora la corporación de San Lorenzo.

9

Villaviciosa, de Alfonso Lozano ABC

Hermandades de Gloria

No sólo las hermandades de penitencia cuentan con marchas procesionales dedicadas a sus devociones. Así, las hermandades de Gloria de la ciudad cuentan con numerosas composiciones musicales dedicadas a sus imágenes titulares.

Obras como «San Rafael», de José Molina León (1910), «Virgen del Socorro» , de Enrique Báez (1978), «Fuensanta Coronada», de Abel Moreno (1994), «María Auxiliadora Coronada» , de José Juan Gámez Varo y Luis Miranda (2009), «Villaviciosa» , de Alfonso Lozano (2011), «Regina Decor Carmeli», de Francisco Jesús Flores Matute (2011) o «La Virgen del Carmen» , de Rafael Wals (2012) ponen de manifiesto el gran repertorio musical de las hermandades de Gloria.

10

Un Recuerdo, de Eduardo Lucena Vallejo ABC

Obras sin dedicatoria a hermandades

Numerosas son también las marchas procesionales que no cuentan con una dedicatoria concreta , y que sin embargo reúnen una gran calidad musical y son incluidas en los repertorios de muchas hermandades de la ciudad.

Destacan algunas de estas composiciones como «Marcha fúnebre op. 21» (1895) y «Marcha fúnebre op. 35» (1898), de Cipriano Martínez Rücker,  «Paz eterna» de Teixidor (1948),  «Un Recuerdo» , de Eduardo Lucena Vallejo (1883),  «Coronado de Espinas» , de Joaquín Reyes (Década de los 70),  «Por una madre» , de Enrique Báez (1975) o «En mi Amargura» , de Manuel López Farfán (1896).

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