Derroche de fervor salesiano

La familia salesiana vivió este martes su día grande con la festividad de María Auxiliadora . Un 24 de mayo marcado por la devoción que fomentó Don Bosco , que se mantiene más viva que nunca a tenor de lo vivido en el día de ayer, en la que la procesión con la venerada titular tan sólo fue el colofón final a una extensa jornada de convivencia y actividades en la comunidad educativa salesiana .

Desde muy temprano, los alumnos y profesores del colegio celebraron una Eucaristía en el patio del colegio . En ella, desde los más pequeños de infantil hasta Bachillerato, participaron con ofrendas y lecturas. Posteriormente, llegó el tiempo de asueto en el que se celebraron campeonatos deportivos y de juegos de mesa . Un sinfín de actividades preparadas para celebrar el día grande de la familia salesiana.

Ya por la tarde, se organizó el traslado de los pasos de San Juan Bosco y de María Auxiliadora al patio del colegio, donde, a las 19.30 horas dio comienzo la Eucaristía previa a la salida, presidida por el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández , que tuvo palabras de alabanza hacia de devoción coronada y hacia toda la comunidad de fieles.

A medida que se acercaban las nueve de la noche, la calle que lleva el nombre de la imagen mariana se llenaba de gente para presenciar la salida de las imágenes. Con amplio cortejo de fieles y alumnos, el primer paso en hacer acto de presencia fue el de San Juan Bosco , fundador de los salesianos, que caminó con los sones de la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús de la Fe , de la Sagrada Cena. Tras él, una larga hilera de devotos y alumnos y la imagen de Santo Domingo Savio , portada en parihuelas por estudiantes del colegio.

Cerrando la alegre comitiva, en la que también participaron mujeres de mantilla, la imagen de María Auxiliadora, en su paso celeste y dorado . Exornada con un surtido floral en tonos blancos, rosáceos y anaranjados, la titular coronada recorrió las calles de un engalanado barrio de San Lorenzo con el acompañamiento musical de la Banda Municipal de Mairena . Precisamente, su paso por delante de la parroquia, al filo de las diez de la noche, fue uno de los momentos más emotivos, en los que el repique de campanas se fundió con la marcha «Coronación de la Macarena».

Rodeada siempre por multitud de fieles durante sus más de tres horas de recorrido, la titular gloriosa repartió dulzura por las calles de su feligresía. «Hosanna in Excelsis» o «Saeta Cordobesa» fueron algunas de las composiciones que acompañaron al paso de la imagen salesiana. Ya pasada la madrugada, María Auxiliadora se acercaba a su Santuario cuando una lluvia de pétalos caía sobre su rostro al son de la marcha «Mi Amargura». Un brillante punto y final a un derroche de amor hacia la advocación que promoviera Don Bosco.