Pasión en Córdoba
El Cristo de la Agonía de Juan de Mesa se expone en Sevilla antes de su restauración
La talla presenta pérdida de piezas en la corona y un cordón del sudario
La restauración del Cristo de la Agonía de la localidad de Vergara, una de las obras cumbres del escultor barroco Juan de Mesa , ha comenzado en Sevilla en el IAPH (Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico). Esta imagen, tallada por el cordobés para la parroquia de San Pedro, ha sido traída a Sevilla para ser restaurada en el IAPH, que le ha practicado una limpieza superficial y que, una vez concluya la exposición a finales de abril, acometerá una restauración exhaustiva durante siete meses.
Explicaba el historiador del Instituto Gabriel Ferreras a ABC que esta talla tiene la policromía quemada al haber tenido una fuente de calor muy cerca, un foco. Esta imagen, que nunca ha sido restaurada, presenta pérdida de piezas en la corona de espinas, que es similar a la del Gran Poder (una serpiente anudada en la cabeza ), así como un cordón del sudario, que hay que reponer.
Gracias al deán de la Catedral de San Sebastián y responsable de patrimonio de la diócesis, el padre Koldo , y el párroco de San Pedro de Vergara, el padre Jon , esta imagen permanecerá en Sevilla durante todos estos meses. Según el catedrático de historia del arte de la Universidad de Córdoba Alberto Villar Movellá , «Montañés se daba ya suficientes aires, era tremendamente soberbio (con razón). Juan de Mesa era lo contrario, debía tener su corazoncito pero estaba con Montañés porque sabía que era el más grande. Luego ya montó su taller…».
Con estas imágenes, según este catedrático, se aprecia la « evolución del gusto : allí tenemos Italia (la imagen de Pablo de Rojas), aquí en medio el manierismo de Montañés (el Cristo de los Desamparados) y aquí, un realismo que se pasa al pueblo, que llamamos barroco (aunque no se confirma hasta la segunda mitad del XVII). Pero esto es antes, tiene que haber siempre una yema que rompa, y Mesa se adelanta tanto que a los intelectuales les cuesta entenderlo porque hace imágenes para el pueblo, arte para las cofradías. Un sentido cercano y tangible ». Villar lo define como «la realidad unida a la teatralidad. El sentido de la representación. La imagen es como un actor congelado en la madera para poder mirarlo siempre».
Así es el Cristo de la Agonía, «sin el ideal montañesino sino con la fuerza dramática, los músculos tensos ». Sin embargo, para este catedrático, «aquí hay escuela en estas tres imágenes que nos habla de un Juan de Mesa integrado . No sabemos si conoció a Rojas. Con Alonso de Mena (discípulo de Rojas) sí coincidió porque durante la etapa oscura de su vida tuvo que estar por Granada , antes de venir a Sevilla porque era la cuidad más importante de Europa».
Sobre Pacheco, Villar Movellá dice que «no entendió a Juan de Mesa, y lo sabemos porque ni lo mencionó. Para él sólo existía Montañés ». En aquella época, las imágenes las policromaban los pintores, «que eran los elegidos en el arte, ya que los escultores eran operarios y estaban regularmente vistos». Si Pacheco era el pintor de cabecera de Montañés, Juan de Mesa tendría que tener otro «más de pelo moreno» . He aquí la diferencia en las policromías de las tallas de ambos escultores. «A Mesa lo olvidaron porque eso era un arte que querían las cofradías. Los intelectuales no lo admitían porque era demasiado real, avanzado y teatral y ellos estaban anclados en el Renacimiento».