LA CUARESMA EN ABC

El patero del lunes | 'Estaciones penitenciales y pandemia', por Miguel Ángel de Abajo

Ahora necesitamos rezar más que nunca por los vivos y por los muertos

Imagen del Vía Crucis de las hermandades celebrado el sábado VALERIO MERINO

Miguel Ángel de Abajo

Toda la sociedad se ha ido adaptando a las circunstancias de la pandemia . Las cofradías han hecho lo mismo , adaptarse, buscar un plan B, cuando el plan A no era plan. Es verdad que a ciertas cofradías les ha faltado adaptabilidad , y a falta de planes han adoptado el plan cero: suspender cultos , veneraciones, etc. Un error, pues si algo no debería suspenderse en pandemia son los cultos y la obra social (esta la están atendiendo todas). Hoy, hacen más falta que nunca cultos en los que se rece por los vivos y por los muertos , y por los que están en medio , luchando entre la vida y la muerte. Hace falta, más que en años normales, rezar en la estación de penitencia.

Desde la Diócesis y la Agrupación de Cofradías se presentó en enero una propuesta de estación de penitencia conjunta en la Catedral . La propuesta la expuso , nada más y nada menos que nuestro obispo Demetrio , quien se remangó, como pastor, y se pringó para hacerle ver a los hermanos mayores el sentido de rezar juntos, comunitariamente, ente el Santísimo.

Así, la estación de penitencia se salvaba, pues se ponía el foco en lo fundamental: el Corpus Christi . Es un acto simbólico, sin imágenes, ni levantás, ni palios, ni chicotás. Pero las cofradías son simbólicas desde la cruz de guía hasta el último revoltijo de los candelabros de cola. Por eso, mimar y cuidar este acto de estación penitencial en la Catedral es una ocasión simbólica de salvar el fondo de la Semana Santa , de testimoniarlo a la sociedad, de hacer pedagogía a los que se están formando en la vocación cofrade (y a los que se supone que estamos formados).

No sé cuantas personas podrán asistir a este acto por cada cofradía, los aforos sanitarios lo dirán, pero cuantas más puedan hacerlo, saliendo desde sus casas en ese día de su estación de penitencia, mejor. Y aunque no vayan en un cortejo en fila de dos, ni lleven el hábito puesto (pero si lo llevan en su corazón, ¿porque no ponérselo ese día y hacer más elocuente el testimonio?) su gesto, su acción de peregrinar hacia el Santísimo, es ya una auténtica estación penitencial. Ojalá las cofradías se vuelquen con esta estación de penitencia que combate a la pandemia con las armas de la fe : la oración .

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