Cuando el paso del Cachorro pudo acabar en Fernán Núñez

¿Pudo uno de los pasos que antiguamente llevó sobre sí al Cachorro de Triana venir a la provincia de Córdoba, en concreto a Fernán Núñez ? Al menos el ofrecimiento existió. La historia se remonta a comienzos de los años 70. La hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído de esta localidad buscaba un paso para su titular y acudió al taller de Manuel Guzmán Bejarano , que ya empezaba a mostrarse como el gran obrador de Andalucía que sería en los años siguientes.

Su hermano mayor era entonces Antonio Castro Luque y siempre contó que Guzmán le ofreció, además de los suyos, un paso de segunda mano: el que Antonio Castillo Lastrucci había realizado en 1929 para el Crucificado de Francisco Antonio Ruiz Gijón . Así lo recuerda Alfonso Castro , hijo de este cofrade, fallecido en 2012, que explica que incluso se habló de que no llevaría las cartelas y esculturas que entonces tenía.

Por aquel entonces, el taller estaba realizando el nuevo paso para el Santísimo Cristo de la Expiración , que se estrenó en 1974, y no era raro que fuese el propio tallista quien actuase como intermediario para la venta, que además proporcionaría fondos para costear el nuevo. El paso, de gran valor artístico, se hubiera adaptado con naturalidad a las proporciones del Caído de Fernán Núñez y a la larga cruz que arrastra, pero la corporación finalmente declinó la oferta, porque prefirió un paso nuevo.

En su lugar optaron por el trono en que sigue yendo el Señor, y que se estrenó en 1972. Costó 80.000 pesetas en su fase de talla, a lo que luego se le añadiría el dorado, y fue el primero de los pasos de Guzmán Bejarano para la provincia de Córdoba. El antiguo paso del Cachorro que había realizado Antonio Castrillo Lastrucci fue para la hermandad de la Santa Cena de Jerez , que lo adquirió por una suma de 325.000 pesetas y que desde entonces lo ha conservado y restaurado.