INVESTIGACIÓN
Los documentos que devolvieron el ser cordobés a Juan de Mesa
Enrique Romero de Torres encontró en 1928 la partida de bautismo en San Pedro
Juan de Mesa dejó Córdoba, como muy tarde, en 1606, para ingresar como aprendiz en el taller sevillano de Juan Martínez Montañés y no volvió... quizá hasta 1928. La memoria del que fue uno de los escultores más grandes de la historia del arte se disolvió tras su muerte en 1627 (un hecho del que este domingo se cumplen 390 años), y su ciudad natal sólo lo pudo recordar y reconocer como suyo tres siglos más tarde , hacia 1928.
Al descubrimiento de Juan de Mesa en la sociedad y los diarios de Córdoba en el primer tercio del siglo XX dedicó María del Rosario Castro Castillo una comunicación para el congreso que se le dedicó en 2002. Todo comienza en 1928, cuando el profesor sevillano José Hernández Díaz , el primero de los grandes estudiosos de su figura, alerta de que Juan de Mesa, cuyo nombre se había rescatado muy poco antes, era de Córdoba. Así se acreditaba en algunos documentos. Escribió a la Real Academia para que los eruditos buscasen «con afán» la partida de bautismo de alguien llamado Juan de Mesa y Velasco, que debía de aparecer entre 1583 y 1587 , según sus cálculos.
Controversia
Quien lo consiguió fue Enrique Romero de Torres , director del que entonces se llamaba Museo Provincial (hoy de Bellas Artes ), que encontró el nombre que se buscaba en el libro primero de bautismos de la parroquia de San Pedro , con fecha de 26 de junio de 1583. Pero no faltó la polémica. Otro historiador, José de la Torre y del Cerro, creía que aquel Juan de Mesa no podía ser el autor de la Virgen de las Angustias, «puesto que parece comprobado que el artista en cuestión se casó en 1583». Daba cuenta de ello el periódico «La Voz» , que decía que el bautizado sería su hijo.
Recordaba además cómo a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII hubo en la ciudad tres escultores llamados Juan de Mesa. Enrique Romero de Torres se desplazó a Sevilla para tratar con Hernández Díaz sobre ello y el gran especialista dio como bueno el hallazgo, ya que el nombre de los padres y las fechas coincidían con el contrato de aprendizaje.
El «retorno» virtual de Juan de Mesa a Córdoba se consagró el 11 de marzo de 1928 , con una conferencia de José Hernández Díaz en la Real Academia , donde dio por bueno el documento y habló de las obras hasta entonces identificadas, entre ellas la Virgen de las Angustias, que ya brillaba como uno de los grandes tesoros de Córdoba. Habló de su estilo y empleó la denominación de «imaginero del dolor» con que muchos lo han identificado.
Eso sí, no pudo conocer, como quería, ni se sabe aún, que pasó entre los 23 años que median entre el nacimiento de Juan de Mesa, en 1583, y su entrada en el taller de Montañés, en 1606. Hacia 1930 , según la investigadora, la ciudad ya había asumido la defensa del escultor como hijo suyo y varios periódicos dedicaron textos y portadas a su figura y a la que entonces era su única obra en Córdoba.