La Cuaresma en ABC
Cuadrillas de costaleros en Córdoba en tiempos del Covid: cómo mantener la llama y cuidar el ánimo
Los capataces asumen el reto de cuidar el vínculo ante la forzosa falta de contacto físico
El pasado 17 de febrero, el capataz Enrique Garrido escribió un correo para todos los miembros de sus distintas cuadrillas de costaleros. Era el Miércoles de Ceniza y ya hacía días que la luz y cierta temperatura avisaban de que la Semana Santa estaba cerca. Enrique Garrido escribió para hablar del tiempo de la Cuaresma, pero también para recordar aquello que él y los suyos tenían que estar haciendo y no podían hacer en 2021: prepararse con ensayos y convivencia para llevar sobre sus hombros a la imágenes en Semana Santa.
Enrique Garrido reconoce ahora que lo pasó mal escribiéndolo, y las respuestas de su gente fueron de la misma tristeza. El Covid ha congelado el trabajo de los costaleros y el afán de los capataces es ahora mantener la llama de los suyos, fomentar el contacto y que se sigan sintiendo parte del mismo grupo.
Los grupos de WhatssApp son comunes, pero cada uno lo afronta a su manera. David Arce , que lleva la Sentencia y el Descendimiento, cuenta por ejemplo que cada semana llama por teléfono a tres o cuatro de los suyos, para i nteresarse por su salud y por su familia, para asegurarse de que todo está bien. «Al principio hacíamos reuniones con videollamadas, pero con tanta gente era muy difícil. El contacto se intenta mantener siempre», dice.
Enrique Garrido ha optado por actividades conjuntas, porque han colaborado en el pasado a nuevo terciopelo del manto de la Virgen de las Lágrimas , uno de los pasos que llevan. Y algo más: sabe que algunos de los suyos pasan necesidades por los problemas económicos derivados del confinamiento y también se les ayuda.
«Nos falta el contacto , que es algo muy importante. Por eso intentamos mantener la llama con lo que hacemos el resto de los años normales, cuando no hay procesiones, que es mandar vídeos y mantener un poco los recuerdos», dice Luis Miguel Carrión ‘Curro’ , uno de los capataces que lleva más pasos en la Semana Santa.
Tertulias, llamadas y proyectos conjuntos mantienen el vínculo, pero algunos costaleros pueden caer en la apatía
Carlos Lara mantiene también tertulias y vídeoconferencias, pero todos los capataces consultados por ABC coinciden en que se nota. Curro recuerda que en 2020 se vivió al menos media Cuaresma , y eso significa también algunos ensayos. La situación del confinamiento era nueva y era más fácil conformarse. «Ahora hay más desánimo », confiesa el capataz de la Candelaria y el Sepulcro, entre otros muchos pasos, porque la situación ya se hace larga.
Y dice algo parecido a Enrique Garrido cuando se entristeció al llegar la Cuaresma: «Cuando entra este tiempo nos acordamos de que es Cuaresma, y no hay procesiones». Contra eso tienen que luchar, porque temen, y no lo ocultan, que haya gente que pierda el gusto por meterse debajo de un paso cuando la vacuna se extienda y por fin regresen las procesiones.
Jesús Ortigosa , uno de los martillos emergentes en los últimos años con varios pasos en la Semana Santa y en las vísperas, tiene «esperanzas» de volver a la situación que se vivió hasta 2019, y que era bastante buena, pero no son pocos los que advierten de que pueda llegar una época de escasez .
Sobre todo para los que tienen cierta edad, los que se acercan a los 50 años. David Arce cree que el primer año en que vuelvan las procesiones será muy bueno, «porque habrá gente que habría pensado en retirarse , pero que querrá despedirse y salir por última vez». Los años siguientes sí podrían ser peores, para los mayores, recuerda Ortigosa, «porque los años pasan para el cuerpo aunque no haya procesiones». También habrá gente que tenga reticencias a que 40 personas compartan el reducido espacio bajo las trabajaderas . Para Enrique Garrido, puede llegar un bajón, que también puede afectar a las filas de nazarenos.
Los más vinculados a cada hermandad, apunta el capataz de la Universitaria y la Reina de los Mártires , sí es muy probable que continúen, pero habrá muchos que se desvinculen, o que, como afirma Curro, en este tiempo hayan desarrollado otra afición. Todo contando con que pueda haber procesiones de Semana Santa y gloria a partir de 2022 porque, recuerda Carlos Lara, un tercer año tendría unas consecuencias peores , aunque todos hablan del futuro con esperanza.
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