CORONAVIRUS EN CÓRDOBA

El coronavirus marca pero no impide los cultos del primer viernes de marzo en Córdoba

El besapiés del Rescatado no se ha celebrado, pero sí se han mantenido las visitas a su capilla

Visitas al Señor Rescatado de Córdoba, que este año no ha incluido el besapiés Miguel Ángel
Luis Miranda

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Como no hay un año igual a otro en las cofradías, aunque lo parezca, el primer viernes de marzo de 2020 será el del coronavirus . El afán por prevenir el contagio de la enfermedad ha llevado a que el besapiés más concurrido del día, y de todo el año en Córdoba, no se celebre como tal. Los devotos de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado han podido visitarlo, pero no depositar un beso en sus pies.

Así lo determinó la cofradía, que ha dispuesto al Señor en el altar de cultos previsto, pero ha acordonado la zona. La hermandad explicó que el día se desarrollaba con normalidad y que los devotos, que iban con el mismo ritmo que el año pasado, entendían perfectamente los motivos de la suspensión, y aún así mantenían el rezo ante Jesús Rescatado. Vestido con la túnica de la Duquesa de Medinaceli , luce a los pies de su camarín, entre cera blanca y rosas rojas.

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El camino continuaba en María Auxiliadora, donde estaba en besamanos Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, en su Prendimiento . La cofradía salesiana lo ha mantenido y ha recibido la visita de devotos, cofrades y parte de la comunidad educativa salesiana. Llevaba el Señor una túnica roja de cola con bordados de un traje de luces de los toreros José María Martorell y Manuel Calero «Calerito».

Es una pieza antigua que se ha restaurado, y que el titular actual nunca había llevado, pero sí la imagen primitiva, obra de Antonio Castillo Ariza. También hay besapiés en San Lorenzo, en torno al Cristo del Remedio de Ánimas . Menos simbólico que en otras ocasiones, ha mirado esta vez al pasado como homenaje al recientemente fallecido Antonio Castelló .

El Señor está tendido, entre lámparas votivas y detrás la Virgen de las Tristezas , con una saya que lleva bordado el apocalíptico cordero de los siete sellos. El canto gregoriano ha enmarcado este culto, tradicional de la Cuaresma de Córdoba, en un día marcado por el miedo al contagio.

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