Córdoba y Toledo se unen por la devoción a la Virgen de la Estrella

Una es de Toledo y tiene sus primeras ordenanzas aprobadas por el cardenal Cisneros en el siglo XV y otra se creó en la época del obispo de Córdoba José Antonio Infantes Florido , pero incluso con la distancia de las centurias y entre las ciudades las une algo: la devoción a la Virgen María bajo la advocación de la Estrella .

La hermandad de Nuestra Señora de la Estrella de Toledo y su homónima de Córdoba se han hermanado este domingo en un acto que se ha rubricado ante la imagen cordobesa en la iglesia de San Fernando , con la presencia de los dos hermanos mayores: Daniel Torres , de la corporación toledana, y Juan Rodríguez Aguilar , de la cordobesa. Una nutrida representación de ambas ha asistido a una misa que sella el hermanamiento.

Con esta vinculación se unen dos cofradías que comparten lo esencial, pero son de circunstancias muy diferentes. La de Toledo data de septiembre de 1498 y sus primeras ordenanzas tienen la firma de Francisco Jiménez de Cisneros , uno de los personajes más brillantes de la Iglesia y la sociedad de su tiempo. Su titular es una imagen letífica , con el Niño Jesús en brazos, de época renacentista y de autor anónimo. Por su fuerte devoción se coronó canónicamente el 3 de octubre de 2015.

Mientras, la cordobesa es una cofradía penitencial que se fundó para salir en Semana Santa, y que nació en los años 80 en la Trinidad para trasladarse, ya con la imagen dolorosa de su Virgen de la Estrella, hace poco más de un cuarto de siglo, a la parroquia de San Fernando, en la Huerta de la Reina , donde ha crecido hasta ser una de las referencias del Lunes Santo y de toda la Pasión cordobesa.