ANIVERSARIO

El día en el que Córdoba se convirtió en el epicentro de la devoción rociera

Se cumplen cinco años de la celebración de El Rocío de la Fe

El Simpecado de la hermandad del Rocío de Córdoba, frente al Simpecado de la Matriz de Almonte Valerio Merino

Eloy Moreno

Aún con las marchas procesionales en la memoria de los cofrades cordobeses, con el recuerdo de ver a los misterios de la ciudad acercarse hasta la Mezquita-Catedral y con todas las peculiaridades que convirtieron a Córdoba en el epicentro del mundo cofrade con la celebración del Vía Crucis Magno de la Fe , a la ciudad todavía le quedaban fuerzas para acoger otro magno acontecimiento , esta vez, con aires rocieros . Córdoba se hizo abanderada del Año de la Fe y lo demostró con creces en aquel 2013 .

En aquel momento el toque del tamboril y los cantes por sevillanas a la Virgen del Rocío sonaban extraños en el oido del cordobés. El Rocío , aún conociendo su existencia, no había llegado a su máximo esplendor en estas orillas del Río Guadalquivir , más allá de los cultos y actos programados por la filial cordobesa , fundada en 1931 y refundada en 1978. Sin embargo, aquel 16 de noviembre del 2013 todo cambió, aquel día Córdoba celebraba El Rocío de la Fe.

Simpecado de la hermandad Matriz de Almonte junto a la de la filial cordobesa V.M.

Ese día Córdoba brillaba con otro aire, con más color, traía una primavera efímera que luchó con los fríos aires de noviembre, aunque, éste, el frío , como si se tratase de un peregrino más, no abandonase a las carretas de los simpecados durante todo su recorrido.

A las 15.30 horas se produjo «el milagro rociero» en la Real Iglesia de San Pablo. El Simpecado de la hermandad Matriz de Almonte salía del céntrico templo, junto al de la filial cordobesa, el «blanco y oro» . A esta hora, de aquel 16 de noviembre, se marcó un hito en la centenaria historia de la devoción rociera: el simpecado de la hermandad Matriz de Almonte salía, por primera vez, de la Diócesis de Huelva .

Casi al mismo tiempo los simpecados de las hermandades filiales rocieras de la provincia de Córdoba -Cabra, Lucena, Priego y Puente Genil - abandonaban los templos cordobeses que los habían acogido para dirigirse hacia a la Mezquita-Catedral . Todo esto, aderezado con los cantes, los vivas y la alegría que, de forma intrínseca, guardan en su corazón de los rocieros .

Tamborileros acercándose a la Mezquita-Catedral Roldán Serrano

El Patio de los Naranjos , aquel día, se llenó de arenas rocieras y los arcos de la Mezquita-Catedral se convirtieron en pinares bajo los que pasaron los miles de participantes, junto a los simpecados de las hermandades asistentes que ya se encaminaban hasta el altar mayor. Allí, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández , acompañado de los cantes del coro Los Peregrinos de Puente Genil , presidió el pontifical rociero .

En esa misa, además, la hermandad del Rocío de Córdoba entregó el relicario con las reliquias de primer orden de San Juan Pablo II, «el Papa rociero» que, actualmente, va prendido en el Simpecado de esta filial. Emotivas, sin duda, fueron las palabras del desaparecido José María González de Quevedo, el padre Quevedo . Fue el último gran acto en el que participó el conocido «cura rociero» .

Hilera de carretas cordobesas

Después de la eucaristía, la algarabía, la multitud de devotos y rocieros y los rezos en forma de cantes tomaron la ciudad. Las carretas se dirigían en procesión gloriosa hasta la céntrica plaza de las Tendillas para asistir al acto central del Rocío de la Fe . El recorrido, cargado de emoción, estaba decorado con distintos altares que las cofradías cordobesas habían dispuesto para el paso de las carretas. Color, alegría y fe .

El Simpecado de la hermandad Matriz atravesaba la calle Jesús y María como si de una vía rociera se tratase. Las campanitas recibían a los almonteños y éstos respondían con vivas y palmas al recibimiento de los cordobeses. Podría ser, tal vez, uno de los momentos más emotivos de este acto conmemorativo . Aquí, Córdoba fue el Rocío y el Rocío se hizo Córdoba .

Video. Acto central de El Rocío de la Fe en la plaza de las Tendillas Valerio Merino

Ya en la plaza de las Tendillas, con todos los simpecados dispuestos en el majestuoso altar -elaborado por José Ignacio Aguilera Castelló- el presidente de la hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales Espinas , se dirigió hacia los asistentes y lanzó los tradicionales vivas finalizando con el «¡Viva la Madre de Dios!» . Desde ahí, la comitiva se dirigió al monumento de la Virgen del Rocío y, para finalizar, tuvo lugar una «parada rociera» en los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos .

Córdoba, pionera

Córdoba marcó historia aquel 16 de noviembre y Madrid tomó el testigo con la celebración de El Rocío de la Esperanza ; y Toledo , con el Rocío de la Misericordia . El pasado 2 de noviembre fue Huelva quién engrandeció la devoción rociera en su diócesis con la celebración de El Rocío de Amor y Caridad. Si el Rocío es grande de por sí, las filiales son las que lo hacen todavía mayor y actos como los de este tipo son los que lo demuestran.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación