CRÓNICA
Córdoba se convierte en el cerro del Cabezo por un día
La hermandad de la Virgen de la Cabeza procesionó este domingo por el casco histórico de la ciudad
Bajo un sol de justicia y entre la algarabía de sus fieles y devotos. La Virgen de la Cabeza volvió a procesionar un año más por las calles de la ciudad, convirtiendo a Córdoba por unas horas en el cerro del Cabezo. Cedido para esta ocasión, la imagen de la Virgen lució el conocido como manto de la «Rosa de Oro» , una prenda de gran valor que pertenece a la hermandad matriz de Andújar y a la comunidad trinitaria del Santuario de la Virgen de la Cabeza .
La comitiva partió pocos minutos después de las 12.00 horas desde la parroquia de San Francisco y San Eulogi o, acompañada por sus hermanos y por un buen número de representaciones de otras hermandades filiales de la geografía andaluza. Igualmente, como es habitual, la hermandad matriz de la Virgen de la Cabeza estuvo presente en el cortejo de la filial cordobesa. El paso procesional presentaba un variado exorno floral , donde resaltaban sendas jarras de rosas blancas.
Entre sus himnos y pasodobles
Así las cosas, la Virgen de la Cabeza se dirigió hacia el entorno de la Mezquita-Catedral a pesar de no poder acceder a su interior. A su paso por la Puerta del Perdón sonaron marchas eucarísticas , interpretadas por la Banda de Música de María Santísima de la Esperanza. Además, la formación musical de la hermandad de la Esperanza interpretó los tradicionales himnos y pasodobles a la Virgen de la Cabeza, como el popular «Morenita y Pequeñita» , además de un repertorio conformado por marchas procesionales dedicadas a hermandades cordobesas. Así sonaron por ejemplo «Paz y Esperanza» o «Mercedaria» , entre otras.
Una de los datos llamativos de la procesión de este año residió en el manto que portaba la sagrada imagen. Se trataba del manto de la «Rosa de Oro» , una pieza cedida por la hermandad matriz de Andújar y a la comunidad trinitaria del Santuario de la Virgen de la Cabeza. El manto fue realizado con motivo de la concesión de la «Rosa de Oro» por parte del Papa Benedicto XVI a la Virgen de la Cabeza, una distinción que reconoce el patronazgo sobre la Diócesis de Jaén y su intensa devoción.
Asimismo la imagen discurrió por diferentes enclaves de la ciudad llenos de una gran belleza, como es el caso de la estrechez de la Calle Martínez Rücker o la Calle Alfayatas . De esta forma, la procesión de la Virgen de la Cabeza convirtió a la ciudad de Córdoba en un trozo del cerro del Cabezo por unas horas .
