SIMBOLOGÍA
Las cofradías se reinventan en Cruces
Recreaciones de zaguanes, carretas y hasta un ruedo en los montajes de las hermandades
Las cofradías saben, y mucho, de belleza. Acostumbradas a los montajes de cultos y exornos de los pasos, las hermandades sorprenden también cada año con sus Cruces de Mayo . Desde las composiciones más clásicas con macetas y vasijas, a estructuras algo más innovadoras, sin perder nunca la esencia de una fiesta que, más allá de ser el inicio del mayo festivo, tiene un origen cristiano que las cofradías recuerdan cada año.
Visita obligada es uno año más la Cuesta del Bailío , donde la hermandad de la Paz ha elaborado una bonita escena en la que no falta un detalle. Presidida por una Cruz con flores variadas , la estampa se completa con macetas, mantones, barriles, farolillos y elementos alusivos a la tauromaquia, como un capote con banderillas. Una mezcla de modernidad y clasicismo que ha tenido una gran aceptación en los primeros días de celebración.
Cerca del Bailío se pueden visitar tres de las Cruces más populares del casco antiguo. En pleno barrio de Santa Marina , las hermandades del Resucitado, Soledad y Expiración concursan un año más. En el primero de los casos, en el bucólico enclave de la plaza de Conde de Priego, la hermandad del Resucitado ha aprovechado para recordar a personajes importantes del barrio y la apostado por el color rosa en su exorno. Asimismo, la corporación de Santiago ha dotado de sabor añejo a la Plaza de la Lagunilla con una Cruz clásica de claveles rojos y un recinto repleto de macetas junto a la fuente. Por último, en el lateral de la iglesia, la cofradía de la Expiración ha apostado por los espejos, banderolas y dos grandes banderas con los colores de España y Andalucía.
También con una cornucopia central ha decorado su Cruz la hermandad del Calvario junto a la torre de la Malmuerta. Un espejo que simboliza la luz y el reflejo de Dios, que ha resucitado venciendo a la muerte. Frente a este enclave, en la plaza de la Flor del Olivo, la cofradía de Jesús Caído , conocida popularmente como «la de los toreros» ha recreado una especie de ruedo con albero, macetas, dos capotes y hasta un traje de luces.
Más alejada, en el Compás de San Francisco , la Cruz de las hermandades de esta parroquia han sorprendido una edición más con una preciosa escena. En esta ocasión, la Cruz luce con claveles blancos, con motivo del Año de la Misericordia , y representa el árbol de la vida . Para ello, la estructura nace en forma de árbol de la característica fuente del Claustro. Un árbol al que le da vida el agua que fluye de ella y que cuenta con un dibujo simétrico en claveles rojos que culmina en su parte superior con el símbolo de la Santísima Trinidad . Todo ello, completado con 480 macetas que llenan de color y olor el Compás de San Francisco.
A todas estas composiciones hay que añadir muchas más, cada una con un aroma especial. Entre ellas, la belleza del montaje clásico con sabor antiguo de la hermandad del Santo Sepulcro , en el Triunfo de San Rafael, o la curiosa carreta con yunta incluida que la hermandad del Rocío ha instalado en el Pozanco.
También las Cruces son lugar para la solidaridad. Por este motivo, la venta de las pulseras de la asociación Miaoquehago es otro buen motivo para visitar la hermosa Cruz de la hermandad de la Sangre, en la plaza del Cardenal Toledo.