Pasión en Córdoba
El Císter de Córdoba rindió a la Virgen de los Ángeles, la misa que le privó el coronavirus
La hermandad capuchina dedicó un acto especial este domingo a su cotitular por su onomástica
El coronavirus dejó al mundo cofrade sin la celebración de muchos actos. Dolió no ver pasos durante la Semana Santa del 2020 al igual que dolió ver muchos templos cerrados. El de Capuchinos, donde residen el resto del año la hermandad de la Paz y Esperanza y la de la Sangre lo estuvo, al igual que la iglesia de San Jacinto, donde se halla la Virgen de los Dolores, en la misma plaza.
Pero la pandemia no solo azotó a las salidas de penitencia, si no que también golpeó duramente a las de gloria. La hermandad de la Sangre no pudo ver procesionar a sus titulares en la tarde del Martes Santo, pero tampoco pudo ver a la Virgen de los Ángeles en el mes de mayo, en una salida muy tadicional del pueblo cordobés.
La cofradía capuchina incluso canceló el triudo en honor a la cotitular de la hermandad debido a las previsiones sanitarias. Este pasado domingo, dos de agosto, no era 10 de mayo, ni pudo ver Capuchinos, pero los hermanos y sus devotos, se acercaron al templo a pasar un día especial con la fe depositada en que todo pasará y que volverá a ser como antes. Este pasado domingo, con motivo de la onomástica de los Ángeles, la hermandad celebró una misa en la que no pudo dedicarle en el mes de mayo.
La Reina de los Ángeles en sus misterios gozosos es cotitular de la hermandad después de haber sido la titular mariana. Su historia se remonta hasta los inicios de la cofradía. La imagen es de la autoría de Antonio Eslava y fue adquirida por los hermanos que, guiados por Fray Ricardo de Córdoba acabaron fundando la cofradía. En 1976, la cofradía adquiere una imagen que en su inicio fue de gloria pero que cuando llegó a la ciudad fue reconvertida en Dolorosa. Posteriormente fue reconvertida a una imagen de gloria.