Tradición

El caimán de la Fuensanta, de Córdoba: así se convirtió en una leyenda

Cuenta el relato popular que fue un veterano de guerra el que acabó con el animal que apareció en una crecida del río

Detalle del caimán de la Fuensanta Valerio Merino

Juan José Primo Jurado

Este 8 de septiembre , los cordobeses volveremos a celebrar la Virgen de la Fuensanta , patrona de la ciudad. La del caimán disecado , colgado en el pórtico lateral exterior del santuario, es una de las historias más curiosas vinculada a la Fuensanta .

Cuenta la leyenda que fue en una crecida del Guadalquivir cuando apareció el animal . Hay que recordar que en el pasado el santuario estaba en las afueras de la ciudad, rodeado por huertas y expuesto a las inundaciones que provocara el río.

Era aquel caimán , sigue el relato popular, un monstruo que provocó el terror entre los vecinos de las huertas, dado su tamaño y capacidad depredadora , que ejecutaba escondido entre los cañaverales, donde pillaba desprevenido a sus víctimas.

Hasta que un día, un veterano de guerra decidió acabar con él , pese a que sufría una cojera que le obligaba a utilizar una muleta. Primero, según la leyenda, lo observó desde lejos para ver sus movimientos . Después, una mañana se encomendó a la Virgen de la Fuensanta y puso en marcha su plan para tratar de acabar con el caimán.

Vista general del lateral del santuario en el que se expone el caimán de la Fuensanta V. Merino

Le tendió una trampa colocándole un trozo de carne junto a unos arbustos y luego él se escondió entre ellos. Cuando el animal se dispuso a zampársela, el hombre le clavó la muleta en la garganta. Peleó con el animal, que le intentó morder, pero finalmente logró su propósito y mató al caimán , al que posteriormente disecó.

Después, lo ofreció a la Virgen, colocándose en los muros del santuario , donde aún en nuestros días sigue siendo punto de visita obligada el 8 de septiembre.

Ésta es la narración popular, pero la realidad es que el caimán es un exvoto que trajo algún cordobés que viajó a América , y que fue un símbolo de la llegada de la devoción a la Fuensanta hasta el Nuevo Mundo. Igual que el Cristo de caña hecho en México que existe dentro del templo.

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