PRIMER VIERNES DE MARZO

Un beso por cada oración

La lluvia no puede con la tradicional visita a las imágenes del Rescatado, Ánimas y Prendimiento

Besapiés de Nuestro Padre Jesús Rescatado ÁLVARO CARMONA

R. C. M.

La lluvia no impidió que los cordobeses cumplieran con su cita anual con el Señor de Córdoba . Como cada primer viernes de marzo, la capilla de Nuestro Padre Jesús Rescatado fue centro de las oraciones y las lágrimas de cientos de devotos que pusieron sus anhelos sobre los pies del Nazareno trinitario. Besos de agradecimiento y de súplica con la Virgen de la Amargura, ataviada de hebrea, como testigo de pureza. Un ritual que por repetido no deja de estremecer a los que con humildad se postran frente al Cautivo en este día tan especial para la corporación trinitaria.

Desde muy temprano, la lluvia hacía acto de presencia en las afueras de la parroquia de Nuestra Señora de Gracia . Entre la multitud, personas que habían sacrificado el rato del desayuno en su trabajo para hacer un hueco y visitar al Nazareno, que lucía espléndido rodeado de jarras de claveles rojos. También fieles que no se resistían a pasar un rato de intimidad bajo la mirada del que llaman Señor de Córdoba . Personas mayores que apenas podían subir el escalón con ayuda o respirar bajo la nube de incienso. Ancianos arrodillados que agarraban su bastón mientras caían lágrimas de sus emocionados ojos. Embarazadas y madres con sus hijos en brazos con un mismo propósito, continuar con la tradición que les inculcaron sus mayores.

Pero el primer viernes de marzo no terminó en los Padres de Gracia. A no muchos metros, en la popular parroquia de San Lorenzo, esperaba en besapiés la imponente imagen del Remedio de Ánimas . En esta ocasión, la hermandad del Lunes Santo recreó a través de la arquitectura y de los atributos iconográficos la relación directa del hombre con Cristo mediante la oración realizada con verdadera fe y devoción. Un rezo que sirve también para liberar las almas del purgatorio con el objetivo último de encontrarse cara a cara con Dios. Con esta filosofía, Ánimas dispuso al Crucificado en devoto besapiés en un espacio al que se accedía por una puerta que representaba la muerte y por la que pasaron cientos de feligreses llegados de todos los rincones de la ciudad.

Señor del Prendimiento en besapiés-ÁLVARO CARMONA

En esta ocasión, la cofradía del Martes Santo dispuso el montaje en el presbiterio del Santuario. Allí, instaló un dosel coronado con una crestería que contenía  un tapiz en el que rezaba «He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo».

Un primer viernes de marzo más para cumplir la tradición y un día menos para la esperada Semana Santa.

Un beso por cada oración

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