EXALTACIÓN
Barón resalta el carácter penitencial del nazareno
El pregonero repasa la historia de la túnica cofrade e introduce anécdotas para realzar la figura del penitente
![Barón, ayer en el pregón](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2016/02/20/s/pregon-nazareno-baron--620x349.jpg)
El nazareno es el más anónimo de las personas que integran un cortejo. El dorador cordobés Rafael Barón , exaltador ayer del III Pregón del Nazareno en el convento del Santo Ángel (Capuchinos) , lo sacó de su anonimato para resaltar el notable papel que juega este tipo de penitentes, que son los que dan «cuerpo» a las procesiones. El artista local , hermano de la Merced y El Carmen, ofreció pinceladas históricas de la túnica e introdujo emocionantes anécdotas vividas en Córdoba en su texto.
Barón arrancó con un « Padre Nuestro », una clara muestra de apoyo a esta oración cristiana y de rechazo a los « ataques » sufridos en los últimos días por la polémica versión recitada en Barcelona. A continuación fue introduciendo a los asistentes en el universo nazareno, repasando aspectos históricos y vivenciales de esta figura.
Del hábito apuntó, entre otros detalles de interés, su vinculación con los que utilizan las órdenes religiosas . Son los casos, por ejemplo, de la vestimenta trinitaria del Esparraguero, la dominica del Cerro o la franciscana de la Soledad. También aludió a la influencia sevillana para darle otro color a muchas de las túnicas que visten las cofradías, así como a la conservación del tono en corporaciones como las del Caído, los Dolores y la Caridad.
Uno de los momentos más emotivos del pregón tuvo lugar cuando contó una anécdota que escuchó justo el día en el que le comunicaron que iba a ser el pregonero. Según apuntó, un hombre encarcelado y condenado a muerte en el periodo de posguerra se salvó de este fatídico final cuando uno de sus hijos se encomendó a Jesús del Calvario. Al parecer, encontró un dinero que otro preso había escondido en la propia prisión para pagar su libertad y, en lugar de utilizarlo para ello, lo entregó a los carceleros. Este gesto desembocó en su liberación. Su hijo, vecino de San Lorenzo y devoto del Señor del Calvario, cumplió su penitencia como nazareno durante toda su vida.