Pasión en Córdoba

Antonio Jesús Morales: «Con la pandemia muchas personas vienen a rezar a la Virgen de la Fuensanta»

El párroco del santuario desde hace cinco años vive cada día el fervor de los fieles por la copatrona de Córdoba

El párroco del Santuario de la Fuensanta, durante la bendición de las aguas del Pocito, el domingo 5 Rafael Carmona
Julia García Higueras

Julia García Higueras

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Antonio Jesús Morales (Córdoba, 1979) cumple este mes cinco años como párroco del Santuario Nuestra Señora de la Fuensanta. En ese lustro ha sido y es testigo de la fe de los cordobeses a la Virgen y del poder de la oración en coyunturas tan difíciles como la pandemia de coronavirus y la ausencia de salud.

¿Qué supone para usted estar tan cerca de la Virgen de la Fuensanta?

El hacerme cargo de esta parroquia-santuario supone especialmente estar muy vinculado a la devoción de la Virgen en esta advocación de la Fuensanta, que tiene un arraigo muy notable en la historia y la tradición de Córdoba . Me ha ayudado mucho a sentirme todavía más cerca de la Virgen María y compartir los días en honor a la Virgen de la Fuensanta durante este mes de septiembre y también durante todo el año. Vienen muchas personas a visitar el santuario, rezan a la Virgen. Para mí es una ayuda para sentir la presencia de la Virgen todavía más cercana.

Usted bendijo el domingo las aguas del Pocito. ¿Cuáles fueron los sentimientos que notó entre los devotos que estaban allí presentes?

La bendición de las aguas del Pocito es una tradición bastante arraigada en Córdoba y da inicio a las fiestas patronales. Es un acto en sí mismo sencillo. Lo percibo y lo vivo así. Con mucha sencillez acudimos al humilladero . En ese lugar fue donde se apareció la Virgen de la Fuensanta y, posteriormente, también fue hallada su imagen en el tronco de una higuera . De hecho, el humilladero es la primera edificación que se hace para conmemorar este acontecimiento. Es un lugar sencillo , a la vez muy emblemático porque ahí está un poco el origen de la devoción a la Virgen de la Fuensanta. Percibí, sobre todo, por parte de las personas que estaban allí presentes mucho deseo de encomendarse a la Virgen, de rezarle y con alegría porque este gesto de la aspersión del agua bendita también entraña bastante alegría, sentir que la Virgen está cerca, que Dios nos ayuda. La alegría de compartir la fe.

Antonio Jesús Morales, en el centro, junto al Pocito Rafael Carmona

¿Ha notado desde que estalló la pandemia que muchos devotos se han acercado a la fuente santa que es este lugar para pedir su fin o para sobrellevarla mejor?

Sí, con esta situación me he encontrado con muchas personas que acuden a dejar algún exvoto ante la Virgen o a dejar una petición. Incluso hicimos en el tiempo pasado del confinamiento una cadena de oración y muchas personas nos hacían llegar peticiones a la Virgen María a través de correo electrónico, nosotros las imprimíamos y las colocábamos a los pies de la Virgen. Se hizo también un concurso de dibujo para los niños, fue muy significativo. Con toda la situación de la pandemia , muchas personas se acercan al santuario para rezar.

En el siglo XV, tras la aparición de la Virgen en 1420 toda Córdoba acudía allí. ¿En qué momento ve ahora esta devoción?

Actualmente, la devoción a la Virgen de la Fuensanta va cogiendo auge paulatinamente, poco a poco. No es de golpe un aluvión de personas, sino que poco a poco noto que va creciendo cada vez más. Los actos en honor a la Virgen lo han potenciado mucho. La procesión (aunque ahora en estos dos últimos años no se ha podido hacer) mueve mucho a la gente y le hace sentir más cercana la presencia de la Virgen. También actualmente sí noto que la devoción está muy arraigada en su día, el 8 de septiembre, el día en que acuden miles de personas a visitarla. Es impresionante y a veces no veo que le den tanta importancia a eso, y, sin embargo, para mí sí la tiene: es importante hacerlo así, acudir en su día. Se forman colas de personas que acuden para estar con la Virgen. Poco a poco, se va extendiendo también esa devoción al resto del año. Disminuye la cantidad de personas que acuden, pero se mantiene: incluso hay algunas peregrinaciones que organizan colegios u otras asociaciones. La idea que tenemos desde la parroquia es que se vaya prolongando la devoción al resto del año, que haya continuidad , aunque la tradición es la que es: visitar a la Virgen en su día.

¿Siguen llegando al santuario enfermos para rezar por su mejoría y a pedir salud?

Sí, enfermos siguen llegando, sobre todo, en esta semana de septiembre y acuden a rezarle y a pedirle. Algunos casos significativos que yo he recibido son de curaciones , de personas que estaban en una situación muy abocada al fracaso después de intervenciones quirúrgicas, una situación donde no les daban muchas esperanzas de vida y rezándole a la Virgen han experimentado esa ayuda. Recientemente, tuve un caso muy cercano de una persona que estaba muy, muy grave. Su madre y su tía acudieron al santuario para rezarle a la Virgen y, sorprendemente, se rehabilitó. T iene una vida totalmente normal y él mismo, cuando se lo han contado, dice que ha sido gracias a la oración de su familia a la Virgen de la Fuensanta.

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