Antonio Gil centra la exaltación a San Álvaro en «siete miradas» en Scala Coeli

Profunda, espiritual, con muchos elementos cristianos y con retazos bien hilvanados de historia. Así fue la exaltación a San Álvaro que pronunció ayer Antonio Gil . El sacerdote basó su pregón en las «siete miradas» de Scala Coeli, en un claro paralelismo numérico entre las vivencias y el sentido del santuario de Santo Domingo y los siete sacramentos. Sus originales « siete miradas » fueron el propio entorno, los Padres dominicos, la h ermandad del Santísimo Cristo y San Álvaro de Córdoba , la Agrupación de Hermandades , el histórico vía crucis y la romería y la propia figura de San Álvaro.

Gil, que recordó que la exaltación fue promovida en los años 80 cuando se convirtió en patrono de las cofradías cordobesas, inició sus «miradas» por la dirigida al santuario de Scala Coeli , del que dijo que es «manantial de espiritualidad para los cordobeses». Continuó su recorrido hablando de los «problemas del mundo y la eliminación de todo lo que tenga que ver con Dios y los elementos religiosos».

Al ocuparse de las hermandades, precisó que están para «descubrir el sentido del cristianismo y vivir los valores del Reino de Dios , la verdad, el amor, la justicia y la libertad», aludiendo a la encíclica de Juan XXIII. Destacó así un «cristianismo transformador de la sociedad con los valores de Dios».

Una exaltación que, en definitiva, abundó en los valores del cristianismo . También destacó el papel de San Álvaro, «gran teólogo, profesor, predicador y místico». No pasó tampoco por alto que su via crucis fue el primero de Occidente.