LA ENTREVISTA
Antonio Bejarano: «En la Buena Muerte, encontré una familia maravillosa»
Este vestidor, reconocido en el panorama cofrade andaluz, es el responsable de la imagen de la Reina de los Mártires de Córdoba
—¿Cómo empezó a vestir imágenes sagradas?
—La primera vez fue en la Pastora de Capuchinos de Sevilla. La Virgen tiene su besamanos para la epifanía del Señor y se vestía el 5 de enero por la mañana. Las vestidoras camareras eran las hermanas de la Cruz y ese día, no sé por qué motivo, se dio la circunstancia de que llegaron un poquito más tarde. Estábamos allí la gente del grupo joven y una de las dos hermanitas se volvió y me dijo: «Niño, ¿tú te atreves a ponerle la mantilla?» Entonces, me atreví y me lancé.
—¿Quiénes fueron sus maestros y cuáles han sido y son sus referentes?
—Mis maestros fueron Pepe Asián y Antonio Fernández «Fernand». Después, con los años tuve una amistad preciosa con Pepe Garduño, que era un referente importante como Macareno y vestidor. Otro referente es su hermano, Antonio Garduño, Fernando Morillo en la Esperanza de Triana o Paco Morillo.
—¿Cómo le llegó la oportunidad de vestir a la Reina de los Mártires de Córdoba?
—Mi historia con la Reina de los Mártires es muy curiosa. Yo trabajo en la radio del Sevilla FC y un día me dijo un técnico que había llamado un hombre que quería hablar conmigo. Pasado un tiempo, volvió a llamar y dijo que no era para nada de la radio, sino que quería preguntar una cosa relacionada con temas de la Semana Santa. Entonces, llamé y era una persona a la que le tengo un gran cariño, Lorenzo de Juan. Quedamos un día en Sevilla, nos conocimos y a partir de ahí comenzó una relación muy bonita.
—¿Qué supone para usted vestir a la única Dolorosa que Castillo Lastrucci hizo para la capital cordobesa?
—Es algo muy importante, porque es una cofradía que fuera de Córdoba tiene un sello muy destacado. La verdad es que he encontrado una familia maravillosa, con una Virgen preciosa y un Cristo con mucha unción.
—Aparte de la Buena Muerte, hermandad que le toca de cerca, ¿qué imágenes o hermandades le llaman la atención de la Semana Santa de Córdoba?
—He de decir que la Semana Santa cordobesa tiene unas connotaciones personales. Evidentemente la Virgen de los Dolores es conocidísima fuera. A mí especialmente me gusta muchísimo la Nazarena y la imagen de Jesús Caído. También el Remedio de Ánimas me parece una hermandad muy personal.