Pasión en Córdoba
Del antiguo Crucifijo a la imagen de Bernal: la historia del Cristo de la Conversión del Císter de Córdoba
El grupo fundacional hizo un triduo y un vía crucis con el Crucificado de la capilla de las Ánimas de San Pablo
Antes que la Virgen de los Ángeles y que el Señor de la Sangre , la primera imagen del germen de la hermandad del Císter fue el Cristo de la Conversión . Quedó en el título de la cofradía y al cabo del tiempo emergió con una nueva imagen que figura en el cortejo, pero su historia empieza antes, en el año 1975.
Lo recuerda el cofrade Fernando Morillo-Velarde , que formó parte del grupo fundador de la corporación y fue su primer hermano mayor. Sucedió antes de que irrumpiera la figura de Fray Ricardo de Córdoba , que le dio el impulso definitivo.
«Teníamos 15 años, queríamos hacer una cofradía y estábamos en el Císter », recuerda. Habían hecho una cruz de mayo en la plaza del Cardenal Toledo, donde todavía la pone la hermandad.
Se fijaron en una antigua imagen del Cristo muerto en la cruz que estaba en la vecina iglesia de San Pablo . Se conocía «como el Cristo de las Ánimas, porque estaba en la capilla de las Ánimas», junto a la cabecera de la nave del Evangelio donde entonces estaba las Angustias y ahora el Rocío.
Los fundadores de la hermandad del Císter hablaron con el hermano Juan , uno de los religiosos de San Pablo, y consiguieron de los misioneros claretianos la cesión por unas semanas de la imagen, que se llevó al Císter para un triduo en que estuvo junto a una Dolorosa de barro que tenían las monjas.
Se le dio la advocación de Cristo de la Conversión pensando en el pasaje evangélico de San Lucas , aunque es un Crucificado muerto, que algunos estudiosos han datado en el siglo XVI y han relacionado con el Cristo del Amor por su proximidad.
Los jóvenes cofrades dotaron al Crucificado de San Pablo de una nueva cruz y unos clavos de plata, que todavía conserva
Recuerda Fernando Morillo-Velarde que los jóvenes cofrades realizaron para este Cristo una nueva cruz , la misma que hoy conserva, y que el padre de uno de ellos hizo unos clavos de plata , que también conserva el Señor.
El Cristo que llamaron de la Conversión presidió además el rezo del vía crucis en aquella Cuaresma, pero la naciente hermandad tomó un nuevo rumbo cuando entraron sus fundadores en contacto con Fray Ricardo de Córdoba en el colegio de La Salle. «Él nos dijo que nuestras imágenes tenían que estar en nuestra misma sede », explica Fernando Morillo-Velarde.
Así que el Císter se unió en torno a su primera titular, la que hoy se llama Nuestra Señora Reina de los Ángeles en sus Misterios Gozosos , en aquel primer momento venerada como Dolorosa. En 1978 llegó el Señor de la Sangre y en 1980 la Virgen de los Ángeles Dolorosa y San Juan, pero quedaron en el título la Santa Cruz y el Cristo de la Conversión.
A quien preguntaba se le contaba la historia del Cristo de San Pablo, pero a partir de 2009 el Cristo de la Conversión volvió a ser para la cofradía del Císter una imagen física . En la Cuaresma de aquel año se bendijo una imagen que hizo Antonio Bernal , de unos 80 centímetros, y que muestra a Jesús vivo en la cruz.
Desde entonces abre el tramo de la Virgen en el cortejo del Martes Santo. Lo lleva un nazareno sobre un mástil de plata que tiene también dos cruces que aluden a los dos ladrones que estuvieron junto a Jesús, uno de los cuales se convirtió en su presencia.
Conquistó enseguida el corazón de los cofrades y es frecuente que presida desde el altar mayor la iglesia del Santo Ángel, pero también salió en una ocasión a hombros de costaleros . Fue para un vía crucis extraordinario el Miércoles de Ceniza del año 2013, con ocasión del Año de la Fe, y en el paso de la Divina Pastora de Capuchinos.
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