Pasión en Córdoba
El Amor estrena las peanas de capilla del Señor del Silencio y la Virgen de la Encarnación de Córdoba
El imaginero cordobés José Antonio Cabello culmina el trabajo en estos elementos que combinan el dorado y el policromado
Antonio Requena restaura la cruz de guía primitiva de la hermandad que realizó Andrés Valverde
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La hermandad del Amor está de estreno con las peanas de capilla del Señor del Silencio y de María Santísima de la Encarnación. El imaginero cordobés José Antonio Cabello acaba de entregar a la cofradía las tallas que decoran estos elementos.
La hermandad del Cerro informa en un comunicado de que las peanas han tenido dos fases de hechura. «En un primer momento y sobre un modelo antiguo se construyeron en carpintería incorporándoles a cada una de ellas un relicario».
Así, la de Jesús del Silencio cuenta con astillas de la propia imagen y la de la Virgen de la Encarnación, con piedras procedentes del huerto de la Anunciación.
Tras su construcción, el imaginero combinó el dorado y policromado de las distintas molduras de que constan las peanas. Terminadas las piezas en esta primera fase se pusieron al culto en la capilla .
Después, como explica la hermandad, José Antonio Cabello continuó con la segunda fase de los trabajos de las peanas, la fase decorativa. Con un diseño plenamente barroco , Cabello incorporó una serie de tallas y cartela central propios del estilo de la cofradía.
Durante estos meses previos concluuó su talla y dorado. El Amor resalta que el resultado es «extraordinario» con el volumen del juego de volutas y el diálogo que establecen los querubines de cada cartela central. Cada cartela se ha personalizado: la del Señor lleva inscrito el JHS y la de la Virgen, el Ave María.
Por otra parte, y siguiendo en el plano del patrimonio, la hermandad del Amor acaba de restaurar la primitiva cruz de guía , obra del tallista cordobés Andrés Valverde, conocida como la Cruz negra.
La hermandad detalla que esta pieza fue realizada en el año 1956 para la primera estación de penitencia de la cofradía. Desde hace unos años esta cruz fue rescatada para el culto, se restauró de pintura y se le incorporaron dos asas de forja para portarla.
Desde entonces figura en el cortejo del Vía crucis penitencial de los enfermos con la imagen del Santísimo Cristo del Amor.
Sin embargo, la cruz, realizada en madera de cedro lacada en negro, sufrió un percance tras la finalización del pasado Vía crucis del Cristo del Amor.
Se le desprendió una parte del patibulum o brazo transversal. Retirada momentáneamente del culto, la cofradía del Amor solicitó un informe previo y le encomendó la posterior restauración a Antonio Requena, hermano del Amor.
Ya en su taller, Antonio Requena analizó los problemas de conservación que presentaba la cruz. Además de la parte desprendida también se había perdido madera original que había de reintegrarse con una pieza nueva de cedro. El paso del tiempo había hecho que el lacado de la cruz estuviese levantado en algunas partes, según observó este especialista.
Una vez concluida su labor de restauración, Antonio Requena entregó la cruz el pasado 20 de junio, según recuerda la cofradía del Amor .
El resultado obtenido, para la corporación es «verdaderamente extraordinario». Ante todo, no ha quedado huella del daño inesperado que sufrió la Cruz negra durante la pasada Cuaresma .
La restauración de la primitiva cruz la ha costeado completamente el propio Antonio Requena, como subraya la corporación que lidera Rocío Arranz .
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