El Patero del Lunes

'Amanecer sin zombis', por Miguel Ángel de Abajo

Apostar por la Madrugada es una prioridad para la Semana Santa de Córdoba

Hermandad de la Buena Muerte Roldán Serrano

Miguel Á. de Abajo

Se oye por allí, por allá y por acullá, que desear enriquecer la Madrugada es una imitación de Sevilla. Se oye y se dice que en Córdoba no hubo Madrugada . Si se leyera la obra de Aranda Doncel más que a los ‘influencers’ de capirote no se atreverían a decir esto. Madrugada hubo, fue pujante y desapareció por decreto tre-villano (del que a día de hoy quedan cómplices).

La Madrugada cordobesa es un patrimonio inmaterial que, afortunadamente, la cofradía de la Buena Muerte recuperó a mediados del siglo XX.

Pero vengamos al presente ¿Qué hacemos con la Madrugada a partir de hoy, 15 de marzo de 2021 ? Lo sensato sería invertir en ella y no lanzar balones fuera, porque la realidad es tozuda. Y la realidad es que hay cofradías nuevas, y algunas no tanto, que estarían dispuestas a transitar ese espacio. La realidad es que es más lógico hacer una distribución de cofradías en los días que admitan nuevas incorporaciones, que seguir engordando otras jornadas ya suficientemente nutridas. La realidad es entender que, a barrios nuevos, cofradías nuevas. Que es un fenómeno biológico, y no es biológico, sino bactericida, coartar brotes de nuevas cofradías por supuestos derechos adquiridos de las antiguas (antiguas y rancias, a veces, pueden ser sinónimos). El plan B del Sábado Santo puede esperar. La Madrugada es prioritaria, así nos lo dicen todos los pueblos de Córdoba.

Es pintoresco que algunos argumenten que «Córdoba es muy cómoda » y que por eso no se vuelca con la Madrugada… Quienes así opinan, normalmente, se definen a sí mismos, porque son ellos los que no se vuelcan ni con la Madrugada, ni con nada que suponga arrimar el hombro, salvo cuando lo arriman (el codo) a la barra del bar.

En fin, los ‘tre-villanos’ siguen en activo, son una especie de generación zombi que ni comen ni dejan comer. Son el lastre que tiene la Semana Santa que, en base a un purismo esencialista, predican el estancamiento. Y lo estancado no prospera. Si la Semana Santa no ha muerto, después de más de 500 años de historia, es precisamente porque se ha ido adaptando y superando adversidades más gordas que las de ahora. ¡Saldremos de ésta, claro que sí! Adversidades más duras han habido. Esta adversidad podría servir para hacer borrón y cuenta nueva con los zombis del pasado , y encaminar a la Semana Santa hacia un nuevo amanecer (sin zombis), una nueva Madrugada.

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